Ramón Ramonet Riu

"LOS VIAJES DE LEONARDO A CATALUÑA" (3ª PARTE)

(TRILOGÏA) (C) Ramón Ramonet Riu         NO COMERCIAL PROFIT

                                         COLECCIÓN: "REVISIÓN CULTURAL" (desde / since 1.978)

"LOS VIAJES DE LEONARDO A CATALUÑA"

(3ª PARTE DE:"IO, LIONARDO DA VINCI: VIDA Y OBRA")

                   (La trilogía completa, se abre en el link/enlace: https://leonardo-da-vinci595.webnode.es )

                                                                            INTRODUCCIÓN

Extraigo, y presento en solitario, la investigación que constituye la parte final de mi Trilogía, para darle prioridad. Me vi forzado -y casi lo agradezco-, en beneficio de los amantes de la sobrenatural Sierra de Montserrat, y de Cataluña en general.

Presentarla a parte, ha sido una idea "de emergencia", porque las correcciones, así como el enriquecimiento de mi -qizá- demasiado larga Trilogía, me resulta ciertamente penoso de realizar con los actuales medios virtuales. Resulta ser, que su completo despliegue se ralentiza después de cada click. Aunque ya la tenga incluida, probablemente, la sustiyuiré en todos los registros, escribiendo en su lugar el enlace de lo que está viendo: https://leonardo-de-vinci-en-cataluna.webnode.es

Para quien no haya leído las dos partes previas de esta trilogía, escrita durante la pandemia del año 2.020 (que me ha ofrecido el marco legal idóneo), escribo un resumen general -sintetizado en tres "PARTES"-, los principales rasgos y desplazamientos de Leonardo Da Vinci. Mi encantador desde que se formó como aprendiz en el taller, artesanal y multidisciplinar, del polifacético artista Andrea del Verrocchio, de Florencia. Posteriormente, Leonardo entró al servicio del poderoso mecenas Lorenzo "el Magnífico" (1.466 a 1.482).

Partió de Florencia, para trabajar en Milán, al servicio de Ludovico Sforza "el Moro" durante tres largos periodos: entre 1.482-1.494, entre 1.507-1.512, y desde 1.508 a 1.516. En esta última etapa, Leonardo, eventualmente, viajó a diversos lugares: Pavia, Mántua, Venecia y Florencia; en una segunda etapa, estuvo en: Rímini, Romagna, Pisa, Florencia y Piombino. En Bolonia también trabajó; regresando a Florencia en 1.513. Aquel mismo año fue con sus colaboradores a trabajar en Milán. Pasado aquel período, el sabio genio inició una tercera etapa de su vida, cuando Leonardo Da Vinci vivió un tiempo en Roma.

Retrocedo al año 1.505, que no fue bueno para mi biografiado. Tuvo problemas, como cuando le recriminaron su lentitud pintando el cuadro de "San Juan Bautista". Tanto fue atosigado, que se vio obligado a pintar otra vez el mismo tema, para que se adaptase al encargo recibido. Ambos están hoy en el Museo del Louvre. Meses antes de terminar el año, Leonardo se fue a Milán con sus ayudantes, para trabajar al servicio del gobernador francés. El rey Francisco I le nombró "Primer arquitecto, artista y mecánico del rey". Pero se resintió del trato de los italianos, y no paró hasta que, en 1.516, Leonardo emigró para residir en Francia, cruzando los Alpes para instalarse, con sus criados y su gran amigo Melzi, en Clos-Lucé (que él escribió, Clu), un palacete cerca de la residencia del rey francés en Amboise (Valle del Loira). El rey Francisco I, entonces se convirtió en su gran amigo.

Aquí lo he resumido en solo tres párrafos, porque a los verdaderos interesados en conocer los últimos hallazgos acerca de su vida y obra, deben abrir las dos partes iniciales de mi TRILOGÍA: leonardo-de-vinci.webnode.es (también con "-da-").

FOTO: LEONARDO DA VINCI VISITÓ CATALUÑA Y LA MT. DE MONTSERRAT

Leonardo Da Vinci, fue el principal científico y artista del Renacimiento, porque él más que nadie, fue el responsable de superar el estilo de las pinturas de la Edad Media, y transformarla, hasta efectuar una verdadera revolución artística. Los contornos difusos de las caras pintadas por Giotto, cien años antes, se volvieron más humanas, con las novedades introducidas por la muy hábil sagacidad de mi biografiado. Con Leonardo, se asumió el pleno desarrollo del Renacimiento italiano. Su persona encarna el espíritu inquieto de la época en que vivió, porque sus obras, representan la excelencia de aquella gran evolución histórico-artística. Florencia, su ciudad, fue el centro del arte mundial; y en vida de Leonardo, incluso su gobierno pasó a ser una república. Da Vinci, con su genio multi-disciplinar, fue demostrando que sus ideas tenían efectos prácticos, y de ninguna manera podría haber sido confundido con un desequilibrado.

FOTO: MUESTRA DE LA DIVERSIDAD CREATIVA DE LEONARDO DA VINCI

Las directrices de las obras de Leonardo, estuvieron marcadas por su íntimo resentimiento contra los clérigos cristianos que ordenaron el exterminio de los cátaros de Occitania (Sur de Francia); lo cual aprendió de boca a oreja, de sus antepasados, estando mucho mejor informado que nadie en la actualidad. Su resentimiento, y su afecto a otro sistema de valores, él los disimuló como pudo, puesto que los clérigos católicos fueron sus mejores clientes. Leonardo se presentó como un artista, ingeniero, y escultor. Como hombre de ciencia, Leonardo vivió instalado en la duda; y perseveró en rectificar sus ideas cuantas veces creyó necesario, porque la razón de su existencia era superarse día tras día.

Para él, todos los fenómenos naturales son producto de las mismas fuerzas de la tierra, rigiéndose por una misma ley natural. Escribió: "Tanto el ingeniero como el artista, deben aprender cómo la naturaleza diseñó sus formas de acuerdo con su función y obedecer las mismas leyes. (...) La ciencia, el arte y la ingeniería se logran mediante la observación directa y la investigación científica del mundo natural, del cual todos participan de la misma visión creativa,... una "segunda naturaleza".

LAS INVESTIGACIÓNES DEL SEÑOR J. L. ESPEJO SOBRE DA VINCI

Para admitir Leonardo estuvo en Cataluña, hay que leer los libros del investigador José Luís Espejo Font (Barcelona-1965), licenciado en Geografía e Historia, por la Universidad de Barcelona. Quiero felicitarle, y agradecerle su esfuerzo, porque durante más de veinticinco años, investigó el sustrato mítico, simbólico, y hermético de la cultura occidental (La historia oculta). Su principal objeto de estudio, son aquellos conocimientos, que determinan el devenir histórico, aunque permanezcan ocultos. Con sus libros, logró abrir un nuevo y prometedor horizonte biográfico del mayor creador idealista universal. Los tituló: "Leonardo, los años perdidos"; "el viaje secreto de Leonardo da Vinci", "Los mensajes ocultos de Leonardo da Vinci", siendo para mí, la primera noticia de que: Leonardo visitó el monasterio de Santa María de Montserrat, y la "montaña santa" de Cataluña. (...).

Antes de seguir, debo presentar la talla románica, de la "Virgen con su divino Hijo" sentado en su regazo. Debido a estar muy ennegrecida, es cariñosamente llamada La Moreneta (Morenita). Allí, en el año 546 todavía se veneraba la típica imagen de la Venus, de tiempos del Imperio romano, pero por iniciativa de San Quirico (sant Quirze, en catalán vernáculo), procedente del monasterio italiano de Montecasino, fue renovada por la imagen descrita. Europa era arriana desde el año 507, con excepción de Narbona y los condados pirenaicos. Después de varios siglos, la Virgen de Montserrat, según la leyenda, apareció milagrosamente en una cueva de la "Montaña Sagrada".

Para valorar la erudita opinión del señor J. L. Espejo acerca de los viajes de Leonardo, debe tenerse muy en cuenta, que -además de haberse leído a los biógrafos de Da Vinci-, la gran mayoría de sus argumentos los apoyó con datos contrastados. Para ayudarse, aportó numerosas fotografías inéditas, que permiten profundizar en las motivaciones, más íntimas, del genial científico y polifacético artista toscano. La semejanza de los bocetos, cuadros y escritos de Da Vinci, prueban las posibilidades reales de que Leonardo Da Vinci visitase Barcelona.

Mediante dibujos y fotografías, comparó los erosionados picos de Montserrat con los que, con trazo rápido y vigoroso, esbozó Leonardo en sus famosos "Cuadernos". La ausencia de detalles definitivos que no quiso dejar Leonardo (que habrían evitado dudas), Espejo lo atribuyó a una simplificación del genio florentino; argumentando que también Leonardo dibujó, con la misma inexactitud, los paisajes a orillas del río Arno, donde él había crecido.

YO APLAUDO AL SEÑOR J. L. ESPEJO, EN CASI TODOS SUS ARGUMENTOS

Los libros de J. L. Espejo, son exhaustivos en desarrollar todo tipo de variantes alternativas, incluidas las genealógicas. Fue moderado al esgrimir que fueron tres los motivos para que Leonardo Da Vinci realizara en su juventud tan lago viaje al monasterio de Santa María de Montserrat. "(...) Por tres razones: Por el encargo que le hiciera de pintar su "San Jerónimo" (así como alguna virgen; tal vez su "Virgen del Gato", hoy perdida); por su condición de practicante del culto cátaro, vivo- en sus días- tanto en Italia como en Cataluña; y por su afición a la Alquimia. A este respecto, Julio II, abad de Montserrat por esos años, es conocido como Papa Alquimista. Tanto el catarismo como la alquimia, se practicaban en Cataluña. (...) Fue un refugio de cátaros tras las Cruzadas contra los Albigenses. La población se dobló prácticamente. Otro buen montón de cátaros fue a parar al Norte de Italia. Nunca se perdió el contacto entre ambas comunidades".

En un mapa del "Códice Atlántico" (f.36 v.b), Leonardo desplegó, junto a un mapa de Europa, otro más pequeño, pero más detallado, de la Península Ibérica, que llama Spagna, demostrando conocerla detalladamente, cuando Portugal aún no existía: Según J. L. Espejo: "(...) Leonardo confeccionó un listado de ciudades, incluyendo Perpignan, y además presentaría otro de banqueros florentinos con negocios en Francia ¿Tuvo este vínculo con Perpignan, o más en concreto, con Vinçà, situada a unos escasos 30 kilómetros al oeste de Perpignan, algo que ver con su decisión de pasar sus últimos días en territorio francés, protegido por el rey Francisco I? (...) Vincià en el Conflent (Cataluña Norte), deriva Da Vinciano, que según el libro "Toponymie Historique de Catalunya Nord" (volumen 1, 1.990), tendría su origen en el patronímico Vincius, o Vinicius (...)".

Por cierto, que J. L. Espejo incluso puede establecer la ruta de Leonardo en el Conflent, porque conoce bien los accidentes, y bellezas de sus montes y paisajes: Partiendo de la villa de Perpignan, en el Rosellón pudo haber visitado Vincà (treinta kilómetros), y el castillo de Salses en la frontera con el reino de Francia. Si Leonardo no lo hubiese visto, al menos debió de ver los planos de su remodelación. No se descarta que Leonardo hubiese adquirido un mapa de España, en su estancia en Cataluña, puesto que, entre sus posesiones dejadas en herencia, consta una "capa estilo catalán".

Como cualquier persona, también Leonardo, en sus viajes, parece obvio que trataría de conectar con sus parientes lejanos del Pre-Pirineo. Serían los descendientes de sus ancestros, residentes en Vinçà (Fr.), aquellos que nunca abandonaron Cataluña. Da Vinci no lo puso por escrito, pero en sus dibujos, ocultó pistas sutilmente, para que la posteridad conociese las horrorosas circunstancias que los obligaron a emigrar. Existían dos ramas diferentes de la familia Da Vinci. El bisabuelo de Leonardo Da Vinci, llamado (por su cargo) Ser Piero, consiguió la ciudadanía florentina en el año 1384, aunque era oriundo Da Vinciano del Conflent, al pie del monte Canigó (Cataluña Norte).

Hoy pertenece al departamento francés de los Pirineos Orientales, que en tiempos de Leonardo, hay que recordar que formaba parte de la Corona de Aragón. Aquel sector me interesó a mí cuando, de joven, investigaba la cuna del megalitismo, porque cerca de la villa de Vinçà hay un bonito dolmen, con su correspondiente menhir, el cual, a las culturas del Neolítico, les sirvió para fijar el punto del horizonte donde aparece el sol en el solsticio de invierno. Era importante saber el tiempo de sembrar.

Realmente, J. L. Espejo aportó unas novedosas ideas complementarias, referentes al genio universal, que fue Leonardo, que a mi modo de ver, están tan bien consolidadas, que ya no sería honrado ignorarlas. En su libro "El Viaje Secreto de Leonardo da Vinci", J. L. Espejo, también esclareció la relación de Leonardo con la familia de su gran amigo Melzi. Animo a todos a consultar sus investigaciones, enriquecidas con notas marginales, y considerando todas las alternativas posibles. En dicho libro, José Luís Espejo reconoció que las excelentes pinturas de mi biografiado, en particular, y su vida, en general, no se pueden entender sin considerar el contexto histórico en que Leonardo vivió.

Para ser exacto, hay que tomar en consideración las dimensiones del drama vivido por sus antepasados, unos refugiados cátaros, de la comarca del Conflent (hoy Cataluña francesa). Aquella rama de la familia Da Vinci, oriundos de de la zona pirenaica, al haberse decretado el exterminio de los herejes cátaros, huyeron para salvar sus vidas, instalándose en Vinci, cerca de la ciudad de Florencia (La Toscana). Desde 1.254, sus primeros patriarcas ejercieron de notarios, tanto antes como después de nacer Leonardo Da Vinci, en la primera mitad del siglo XIV. Él no pudo seguir la tradición familiar, por ser hijo ilegítimo.

En el "Codex Atlanticus" (f.367v.c.), Leonardo dejó varios listados de ciudades francesas y flamencas. Entre las primeras, incluyó "Perpignana" (la catalana Perpinyà, que dejó de pertenecer al reino de Francia entre 1.472 y 1.493). Al ser sus ancestros oriundos de la zona, se puede entender su interés por el catarismo. Lo incongruente sería, que a un joven artista bohemio, le interesasen los banqueros que mantenían negocios con sus colegas de Florencia. Parece evidente que Leonardo, al emprender sus viajes, básicamente lo motivaron asuntos económicos. Lo serían, con seguridad, para quien le proporcionó una lista con nombres de los agremiados, con sede en La Signoria de Florencia. Otra posible alternativa, nos obligaría a pensar en el clero, de quienes, Leonardo quizá fuese un "delegado".

El señor José Luís Espejo, para demostrar los viajes de Da Vinci a Cataluña, aportó numerosas pruebas de todo tipo (topónimos, genealógicos, históricos, etc.), aunque reconoce que son insuficientes. No obstante, son tan contundentes, que en mi opinión, todos los investigadores serios, habrán de tomar en la mayor consideración sus deducciones. Yo he podido hacerlo, porque también soy un estudioso de las familias afectadas por las nueve cruzadas consecutivas, contra los cátaros del Sur de Francia. Recordaré que, posteriormente, dado que la Inquisición tenía el "brazo muy largo", todos los emigrados procuraron destruir las pruebas de su verdadera identidad.

En el "Codex Atlanticus" (143 A,462 B), Leonardo insinuó su deseo de visitar aquel país, y hay pruebas de que realmente pudo hacerlo. Además de los muchos topónimos, se refirió al violento viento del norte, con el específico nombre catalán de "Tramontana" (que solo dura una semana). Es un fenómeno muy contundente, y exclusivo de aquella zona, incluyendo la comarca del Ampurdán gerundense (sopla en dirección S.E.).

FOTO: SU "ALEGORÍA DE LA NAVEGACIÓN", Y  FLORA AUTÓCTONA

El dibujo de Leonardo, titulado "Alegoría con un Lobo y un Águila" (rebautizada por José Luís Espejo "Alegoría de la Navegación", que yo adopto por ser más corto), es un verdadero jeroglífico: Un solitario timonel, muy encorvado, y con aspecto de lobo semi humano, está sentado en una barca, mientras con una de sus extremidades, toca el compás marítimo, y con la otra toca el timón. Es un "lobo de mar", que se esfuerza por gobernar una barca de una sola vela, muy hinchada de viento, la cual está sujeta a un olivo florido, a modo de mástil.

Tan extraña travesía por mar, transcurre entre dos costas: La de Lombardía, y la de Cataluña (donde Perpignan entonces pertenecía), representando ésta última como si fuese una esfera del planeta Tierra,... apresada por las garras de una gigantesca águila, con sus dos alas abiertas y coronada. Cristóbal Colón acababa de demostrar la esfericidad del mundo. El águila, quizá simbolizó al futuro Carlos V de Alemania, cuando era Carlos I de España. Quizá fuese allí donde escribió inspiradamente: "Fija tu rumbo a una estrella, y podrás navegar a través de cualquier tormenta".

El señor J. L. Espejo, entre las muchas pruebas circunstanciales, incluyó el tan simbólico dibujo hecho por Leonardo Da V¡nci, para informar de cuál debió de ser el destino del viaje por mar de Leonardo Da Vinci: "En la ciudad de Barcelona vivían varias colonias de comerciantes italianos porque era como una plataforma giratoria para comerciar con todos los países vecinos, incluyendo viajes a los demás continentes vía marítima. La Corona de Aragón por ellos se benefició del uso de las letras de cambio, que antes solo habían podido extender los judíos y después los templarios. Los negocios se incrementaron en Barcelona gracias a su puerto y las compañías de seguros, cambios de moneda y grandes prestamistas. Era un mercado libre donde el mundo podía negociar con seguridad, y lo aprovecharon especialmente las familias italianas, según sea advierte al comprobar los numerosos apellidos que en Cataluña quedaron registrados, incluido unos Da Vinci que estarían emparentados con Leonardo, y al parecer los visitó,... y quizá más de una vez".

Inicialmente, Leonardo zarpó de Génova, o de Pisa (Italia), hasta llegar a Perpignan, (Rosellón) en la costa de Cataluña, donde probablemente visitó Vincà (30 km. lejos), antiguamente llamado Vinciano, en la comarca del Conflent. A Leonardo, le movió su interés por la suerte de sus probables familiares, de creencias cátaras, residentes alrededor del monte Canigó (2.800 m.). Después, desde "Perpignana" (así lo escribió Leonardo), navegaría, costeando, hasta llegar a Barcelona, tomando apuntes de la panorámica urbana antes de desembarcar. Una vez en la ciudad condal, habría visitado a otros descendientes de sus antepasados, o realizado alguna misión que se ignora. Seguidamente, debió de continuar viajando hasta la interesantísima montaña de Montserrat, que ya entonces era un enorme polo de atracción religiosa.

Leonardo tuvo afición a los acertijos de todo tipo, y "no dio puntada sin hilo". Al referirse al exterminio cátaro, disimuló su resentimiento mediante cientos de pictogramas (rebus). La "Alegoría de la Navegación" fue su jeroglífico más rebuscado, dejando pistas, como el nombre de "Barchinona", deducible por la barca ("barc"), y el fuerte oleaje, ya que en catalán es "ona" (barc-hin-ona), indicando cuál era su destino. Escribió el señor J. L. Espejo: "El árbol y el águila, también para el florentino poeta Dante, en 1.300, ya habían sido símbolos para ocultar el mismo mensaje de regeneración"(J. L. Espejo, Ob. Cit., pg. 85 y ss.). Asimismo, el erudito investigador catalán explicó el por qué: "(...) En la cubierta, el árbol florido, inhiesto; hace alusión a la alegoría de los cátaros. Decían que: Pasados setecientos años de su exterminio, durante los siglos XII y XIV, la Iglesia perseguida resurgiría y sus mártires serían vengados".

De sus figurativos retratos y dibujos, lo más importante a retener, es el simbolismo del "árbol". Leonardo lo incluyó en varios de sus dibujos, porque para él remitía al rebrote de la fe de los cátaros que lograron salvarse. Proclamaban: "A los setecientos años el árbol reverdecerá el laurel". En efecto, se deben tener en cuenta las circunstancias históricas de los condados catalanes de cada lado de los montes Pirineos, donde siempre antes convivieron en armonía las tres religiones "del Libro". Leonardo, presentándose como un "viejo lobo", evocó estar viajando por Cataluña, para lo cual, navegó entre dos costas.

El señor J. L. Espejo lo interpretó así: "La de la izquierda, donde todo es lógico y regular, (...) y la de la derecha, llena de indefiniciones y correcciones (...). A la izquierda es un paisaje toscano, y a la derecha es el litoral de Barcelona (...) Todo hace pensar que las líneas de fuerza de la pintura confluyen en una cueva, situada en una montaña rocosa que aparenta ser Montserrat. Más abajo vemos un macizo arbolado; el Tibidabo (...)". Leonardo Da Vinci dibujó todo aquello que le causaba admiración, y se comprueba por las panorámicas de los fondos de sus cuadros y dibujos. Solo en Barcelona habría podido haber visto, detrás de su nuevo puerto, la montaña del Tibidabo, en la parte alta de la ciudad. Al fondo de la composición escénica, eidéticamente introdujo, además, la montaña de Montserrat, que aparece entre nubes. Es decir, que antepuso el monte Tibidabo para ser mejor comprendido.

Por otra parte, el águila, en el "Tetramorfos" cristiano, simboliza a san Juan, "el Evangelista". Según J. L. Espejo, con dicha alegoría, quiso transmitir que: Leonardo simpatizó con la idea "sanjuanistas" de sus ancestros, incluyendo un olivo para referirse a su amigo (Olivo, más la Vela = L'Oli-vela). (...) Según los "Anales de Montserrat", de Benet Ribas i Calaf, en el monasterio de Santa María de Montserrat, en el año 1.484 vivió un monje llamado Benedictus Solivella, de quien hay indicios de que se relacionó con Leonardo; de ahí que inventase dicho galimatías. Lo apoya el hecho histórico de que, en los siglos XIV y XV, una familia de banqueros italianos se establecieron en Barcelona. Otra rama de los Olivella, de Barcelona, tuvo fama de ser muy buenos fundidores, pudiendo especularse que Luigi Olivella fue quien enseñó a Leonardo la magistral técnica de pintar sobre metales. El iniciático emblema de los Olivella, fue un olivo,... aunque arrancado. (En la "Segunda Parte" analizo los detalles de su "Magdalena Leggente", de Barcelona).

 Al investigador J. L. Espejo, le interesaron, igual que a mí, aquellos conocimientos que determinan el devenir histórico. Escribió un comedido reproche, el cual, ambos compartimos con Leonardo Da Vinci: (las nueve cruzadas sucesivas en Occitania, contra cristianos bautizados; la destrucción de una cultura medieval muy floreciente; etc,). A mí, la inquietud investigadora del señor J. L. Espejo, me reveló un aspecto de Da Vinci que yo ignoraba: Leonardo plasma en "La Anunciación", detalles que nos hacen pensar en sus dos viajes a Cataluña: el muelle de Barcelona en construcción, así como sus torres octogonales.

EL señor J. L. Espejo lo concretó en una miniaturización paisajística, repintada en el fondo del cuadro "La Anunciación". Leonardo Da Vinci incluyó Barcelona en primero plano; y al fondo sobresale, altísima, la montaña de Montserrat. El dicho cuadro fue corregido. Leonardo lo repintó, y para que no se dudase de que era el puerto de Barcelona en miniatura, incluyó en la escena, cuatro altos cipreses equidistantes, para simbolizar las "Cuatro barras de gules" que decoran el blasón heráldico de los condados catalanes (Mallorca y Sur de Francia, solo incluyen tres).

FOTO: "LA ANUNCIACIÓN": INCLUYÓ BARCELONA Y LA MT. DE MONTSERRAT

LEONARDO VISITÓ EL MONASTERIO DE SANTA MARÍA DE MT. MONTSERRAT

Leonardo Da Vinci visitó Cataluña, al menos en dos ocasiones. Cuando viajó a la Ciudad Condal, Leonardo tenía treinta y un años de edad, y hacía pocos meses que trabajaba para Ludovico Sforza "el Moro", en la corte de Milán, y quizás éste le exigió algún "encargo especial" secreto. Da Vinci, aquel mismo mes, pudo conectar con la comunidad del monasterio de Santa María de Montserrat. Era tan problemática para el rey Fernando II de Aragón (nacido con solo un mes de diferencia con Leonardo), que el Rey "Católico" -residente en Barcelona-, escribió una carta, en catalán, a los monjes del monasterio de Montserrat (24-9-1.481), firmando autoritariamente:"Yo, el Rey".

Yo ignoraba que Leonardo fuese conocedor de la montaña de Montserrat, y su monasterio benedictino; ni siquiera sabía que sus esbeltas crestas geológicas Da Vinci las hubiese incluido en los fondos de sus cuadros. José Luís Espejo enmarcó dicha hipótesis, de su libro: "el Viaje Secreto de Leonardo Da Vinci", a partir de lo transcrito en el libro: "Anónimo Gaddiano" (1.540), una de las fuentes más antiguas de la vida de Leonardo:"Se citan dos viajes de Leonardo a Francia ("y a otros lugares"); no uno (como se afirma habitualmente). Ello apoya su segundo viaje a Barcelona y Salses (...)".

Es decir, el genial toscano, viajó a Cataluña entre los años 1.481 y 1.483, y de nuevo en 1.504. A Leonardo, en Italia, varias veces se le perdió su rastro, y al reaparecer, era evidente que su obra había evolucionado: "(...) Después de 1.484, pintaría la "Virgen de las Rocas", y comenzó a escribir sus cuadernos de notas. Su segundo viaje fue realizado en torno al año 1.504, durante unos meses, y tuvo como colofón su célebre manifiesto pictórico: "La Gioconda", a la luz de las experiencias y los conocimientos adquiridos en la patria de sus antepasados (...)".

Eran numerosos los peregrinos que llegaban hasta la "Montaña Santa" de Cataluña. El autor Gregorio Argaiz, en su libro "La Perla de Cataluña" escribió: Es de mucha importancia que en aquel santuario hayan confesores doctos y espirituales (...) que entiendan el toscano. Y la explicación está, en que Florencia, mantenía entonces muchos agentes comerciales en Barcelona, así como otros contactos, para el buen entendimiento con la Casa de Aragón, dado el gran porvenir de transporte que se auguraba con las tierras del descubierto "Nuevo Mundo". Aunque los catalanes, en Italia no eran bien vistos, comercialmente Barcelona era una ciudad muy interesante.

No hay que olvidar que, el pontífice valenciano Rodrigo Borgia, había sido como un catalizador para las transacciones comerciales ente Italia y Cataluña; y todavía debieron de aumentar cuando Nápoles fue gobernada por el rey Ferrante, descendiente de Alfonso V de Aragón. El deseo de viajar al "Nuevo Mundo" en Cataluña fue exagerado, pues abrió un incontrolable abanico de expectativas, al extremo de que el rey prohibió a los catalanes viajar a "las Indias". Era imprescindible frenar tantos aventureros, y él, por residir en Barcelona, lo sabía de primera mano... Pero, así y todo, los catalanes, cambiándose sus nombres, viajaron.

FOTO: "LA VIRGEN DE LAS ROCAS", Y EL LOGO DE MT. MONTSERRAT

"LA VIRGEN DE LAS ROCAS"

Aunque lo presenté en la "Segunda Parte", queda mucho por explicar del dicho cuadro, por lo que retomaré su simbolismo. Según el historiador J. L. Espejo escribió:" (...) Investigo una etapa de la vida de Leonardo (...) de la que se desconoce todo. (...) Fruto de esta estancia (en Montserrat), pintó el cuadro titulado "La Virgen de las Rocas", donde se ve con claridad el roquedo montserratino. (...) Fue su primer trabajo serio después de regresar a Italia, entre 1.481 y 1.483 (...)". El fondo de su panorámica, fue muy interesante para Leonardo; y lo confirmó al escribir: "El principalísimo elemento de toda pintura es el fondo. (...) Mirar un cuadro con paisaje imaginario puede evocar recuerdos de otros reales (...) en los cuales uno se complació alguna vez".

Una opinión semejante, la escribió su biógrafo Frank Zöller, al afirmar: "Leonardo no consideró sus fondos imaginarios, sino emplazamientos reales. Tienen un irrenunciable carácter de no naturalismo y abstracción". Concretamente, se refirió a los cuadros "La Virgen de las Rocas", "La Anunciación", y "La Gioconda". No es posible encontrar tales formaciones geológicas en Florencia, Milán o Roma donde el artista pasó una larga temporada.

El fondo de sus cuadros, aunque ocupen una posición subordinada, de hecho, juegan un papel muy importante. Leonardo incluyó extrañas formaciones rocosas, porque le impactó aquella geología, llenando muchas páginas de sus cuadernos de notas con dibujos y observaciones. En el "Codex Atlanticus" Leonardo dibujó tres cimas, las mismas que pintó, como panorámica de fondo, en la "Virgen de las Rocas". Son el "logo" de la "Montaña Santa" de Cataluña, inspirado por la visión de las cuatro gigantescas moles, que se divisan saliendo del monasterio benedictino de Santa María de Montserrat.

Parecen ser tres grandes peñas "enganchadas", pero no es así. Se destaca la central, por ser más elevada. Observándolas desde la entrada del monasterio, parecen ser los nudillos de dos inmensos puños entrelazados, petrificados, en acción de estar rezando. Leonardo, al estar más preparado y atento, quedó completamente rendido, ante la increíble grandeza y belleza del paisaje más representativo de Cataluña. Al ser informado de que eran llamados "Picos de Santa Magdalena" (con la correspondiente ermita para su veneración), acabó de enamorar a Leonardo.

Posteriormente, el muy honorable toscano aún se quedaría estupefacto, conociendo a los aislados eremitas, incluyendo mujeres, que habitaban entre aquellas tan fascinantes, como inmensas, moles. Siempre, habrá personas que interpreten que: para ser superior, están obligados a mostrarse inferiores ante el resto de mortales. Es una interpretación de que, la verdad y la libertad son dos caras de una misma moneda, pues se necesitan y se prefeccionan. Continuando con las dichas moles, es anecdótico que, cuando antaño los catalanes viajaban a otras ciudades europeas, les extrañaba poder ver su "logo" de Montserrat en muy diferentes sitios. En efecto, las cuatro cimas, tanto se ven decorando algún escudo de armas, como portadas de libros, etc. están por doquier, y sin relación con su querida montaña.

"La Virgen de las Rocas", se ha escrito que: Es un cuadro que Leonardo habría tenido en mente realizar desde que comenzó a practicar en el taller de Verrochio, por recordarle a su madre, pero demoró su creación hasta no sentirse seguro, tener tiempo y cobrar un sueldo (que fue, el proveniente de su academia de Milán). En efecto, en muchos museos del mundo se conservan varios cartones previos a dicha pintura, donde se advierte que buscó la composición ideal, tanto de los personajes arrodillados, como del fondo de la panorámica. El paisaje revela la preferencia de Leonardo por las montañas, increíblemente altas y el terreno accidentado. Aunque se hayan pretendido identificar con los del monte Albanos, o las gargantas de Chisuri, y las erráticas rocas cercanas al monasterio de La Vernia, en el Casentino italiano. Leonardo, por obvios motivos, prefirió la peculiar Sierra de Montserrat en Cataluña.

Finalmente todo habrá sido en vano, porque viendo la verticalidad de los cientos de pináculos inhiestos que se arraciman, solo pueden ser, morfológicamente, identificadas con los genuinos peñascos característicos del entorno de la "Santa Montaña" de Montserrat, en el noreste de España. Para quien desee pruebas definitivas, considere lo siguiente: A los pies de los niños sentados, en el suelo de "La Virgen de las Rocas", Da Vinci en todas sus versiones incluyó flores autóctonas de la montaña de Montserrat (Ramonda Myconi, o "oreja de oso"). Las claves de inspiración en de Montserrat, Leonardo, veladamente, las reportó en su obra "La Ballena" ("Codex Atlánticus"): "(...) Un lugar ensortijado y recóndito, (...) con formas variadas y extrañas, (...) artificiosa naturleza, (... )".

FOTO: PECULIARES PAISAJES DE MT. MONTSERRAT (FOTOS AÉREAS)

 El investigador Gustavo Uzielli, estudió al dedetalle los viajes de Leonardo Da Vinci, y ya advirtió la posibilidad  de que los Da Vinci italianos, tuviesen origen extranjero. El genio florentino le interesó el motivo que llevó a sus antepasados a emigrar a Italia. Al informarse, tuvo una visión negativa de la Humanidad, por culpa de las creencias religiosas. No obstante, a pesar de sus reticencias clericales, yo afirmo, con rotundidad, que Leonardo Da Vinci nunca fue ateo. Era una persona muy humana, y muy espiritual; y "dio el pego" al moverse entre el clero, pero íntimamente, lo vivió a su manera. Quien pretenda entenderlo, primero debe tomar conciencia de aquella sociedad que, compuesta por millones de adeptos al catarismo occitano, fracasó cuando se opuso frontalmente a la Iglesia católica.

Según el señor J. L. Espejo: "Ya dije, en su momento, que Leonardo plasma en sus cuadros su propio "paisaje vital". Él parece atestiguarlo en el siguiente párrafo, extraído de su Trattato della Pittura:""Mirar un paisaje pintado puede evocar el recuerdo de otros reales, 'en los cuales uno se complació alguna vez". (...) Cuando contemplamos la Virgen de las Rocas, o su San Jerónimo, reconocemos paisajes propios de Cataluña (Montserrat, con sus rocas y su vegetación), que Leonardo no pudo haber conocido en Italia (...)". Las claves la escribió el propio Leonardo, veladamente, en "La Ballena" ("Codex Atlánticus"): "(...) Un lugar ensortijado y recóndito, (...) con formas variadas y extrañas, (...) artificiosa naturaleza, (... )". En efecto, las similitudes geológicas descritas son contundentes, y no pudo haberlo visto en ningún otro sitio que en la montaña de Montserrat (antiguamente, Monte-Aserrado).

Reflexionó J. L. Espejo: "(...) Lo más parecido a las rocas de la "Virgen de las Rocas", en la Toscana, serían las Balze del alto valle del Arno. Pero éstas son una caricatura, en relación a los imponentes paisajes que Leonardo retrata en sus cuadros y en sus dibujos (por ejemplo, los de la colección Windsord). En cambio, el paisaje montserratino encaja perfectamente con esta descripción visual. Y se ha de tener en cuenta que Montserrat es un caso especial, y casi diríamos único, en todo el planeta. Ningún paisaje conocido, kárstico o no, se le parece (ya hablemos, en la Península Ibérica, de la Ciudad Encantada de Cuenca, de la sierra del Torcal, o de las Médulas de León; y en Italia, de las Dolomitas) (...)".

LEONARDO EN BUSCA DE SUS ANCESTROS

Un antepasado de Leonardo (Giovanni Da Vinci), murió en Barcelona en 1.406. Leonardo buscaría a los descendientes de sus familiares. Transcribo del señor J. L. Espejo: "Una rama de los Da Vinci, vivió en la ciudad de Barcelona, Antonio di Ser Piero da Vinci (su abuelo), primo de Frosino di Ser Giovanni da Vinci, realizó negocios con este último, y residió en Barcelona (...)". Maria Elisa Soldani realizó una investigación de un oscuro personaje muy influyente en la colonia florentina en Barcelona: "(...) Según este documento notarial, los Da Vinci residían (en 1.407) en el barrio de Santa María del Mar, el barrio de los mercaderes (...) El "primo de Frosino", en cuya casa moró una temporada el abuelo de Leonardo, tuvo una posición relevante, no sólo entre la comunidad italiana de la ciudad condal, sino también en la estructura de la Corona de Aragón. El rey Martí, se refirió a Da Vinci como "mi fiel Frosino", lo que es indicio de una proximidad, tanto a la Cancelleria Reial, como al rey mismo personalmente.

En el libro de Reinhold C. Mueller, titulado "The Venetian Money Market: Bancs, Panics, and the Public Debt" (1200-1.500), editado por la John Hopkins University, en concreto en su apéndice "C", consta que: En el archivo de Francesco di Marco Datini, se conservan unas 150.000 cartas. De ellas unas 7.000 fueron escritas en Venecia, con 1.400 de ellas dirigidas a Barcelona (datadas entre 1.395 y 1.411), en segunda posición tras Florencia (donde se enviaron 2.100 entre 1.386-1.407). Ello da idea de la importancia que tenía dicha ciudad en el comercio del Mediterráneo Occidental. Si realizamos una exploración del Archivo di Stato di Prato, y más en concreto del Archivo Datini "on line", hallaremos que, entre esa ingente correspondencia, 151 cartas tienen a Frosino di Ser Giovanni como interlocutor

FOTO: PARIENTES DE LEONARDO EN BARCELONA

Referente a la motivación de Leonardo, para viajar por segunda vez a Barcelona, el señor J. L. Espejo escribió: "Una vez que conocemos la existencia de una rama de los Da Vinci en Barcelona, en la primera década del siglo XV, es lógico sospechar que Leonardo hubiese residido en el domicilio de los familiares de su abuelo en esta ciudad. Y ello por dos motivos: 1) porque Antonio di Ser Piero Da Vinci, en su infancia, sin duda le habría hablado de sus familiares en "ultramar"; y 2) porque éstos seguramente residirían aún en Barcelona, pues, como hemos visto, no sólo eran "ciudadanos" legalmente reconocidos, integrados en su cultura (hasta el punto de hablar la lengua del país), sino que tenían buena reputación y una magnífica posición social en Cataluña. De tal modo, es más que posible que, al igual que su abuelo, acudiera a esta tierra a "hacer fortuna", tal vez no como negociante, sino como "ojeador" (espía) al servicio de La Signoria de Florencia, y por supuesto, también como artista (...)".

En la Cataluña del siglo XIII, al menos hubo dos personajes catalanes, con apellido "Vinçà" (Cabot Da Vinciano, 1.163), y el otro fue Ramon de Vinçà, quien en 1.270 ejerció de procurador del noble Ramon Guillem d'Enveig. Ambos tuvieron contactos con adeptos al catarismo. Las investigaciones de José Luís Espejo también descubrieron a un Reiner. "Éste (...) aparece en el documento de consagración de la iglesia de Santa María de Solsona (Lérida), en el año 1.163. Incluso en la comarca del Solsonès existe el pueblo de Riner". Nótese la homología entre Reiner-Reineiro y Riniero (Rinieri di Salvi da Vinci, del año 1.254).

Es interesante la relación de Da Vinci con la familia de su noble amigo Melzi. Puede ser que se remontase al año 1.244, cuando tuvo lugar la caída del castillo cátaro de Montsegur (hoy francés), donde los Melcior de la comarca del Pallars, fueron sus últimos nobles fautores. Al salir con vida, más tarde volvieron a guerrear en la conquista de Valencia. Por cuestiones religiosas, habrían emigrado de la Cataluña-Norte (desgajada de la actual, en 1.658, por el "Tratado de los Pirineos"), hacia Italia. Dos siglos más tarde, aparece un Juan Melcior, siendo secretario de Alfonso V de Aragón, conquistador de Nápoles.

La muy plausible hipótesis de J. L. Espejo es que, dicha familia Milánesa, amiga de Leonardo, fue la que le avaló en su meteórica proyección entre las más altas esferas de poder. Se basó en la dedicatoria escrita por Giuseppe Bossi en "Il Cenacolo di Leonardo Da Vinci". Consta: "(...) la "protección a un divino pintor", el cual pudo haberse referido a Leonardo Da Vinci. La dicha dedicatoria está dirigida a Francesco Melzi, d'Erill (Vall de Bohí, norte de la provincia de Lérida), un pueblo cuyos campanarios, se alinean con los de otras ciudades, siguiendo el esquema de la "Osa Mayor".

FOTO: BARCELONA Y MONTSERRAT YA ERAN POLOS DE ATRACCIÓN

Lamentó sintetizar cada párrafo de J. L. Espejo, y aconsejo leer sus libros, profundos y muy detallados en las defensa de los viajes de Leonardo. Yo, al menos debo avisar de que existen. Sigue argumentando: "(...) Leonardo desaparece de Florencia en algún momento al final del verano del año 1481, y aparece en Milán a comienzos de la primavera de 1483. Poco antes de su marcha de Florencia, llega a la corte medicea el legado de Fernando el Católico de Aragón en Italia, Joan Margarit de Pau. (...) Leonardo deja Florencia en las mismas fechas en que el legado del rey de Aragón negocia con Lorenzo de Médicis ¿Es acaso casual? Creo que no, dado el papel del artista italiano como espía, a lo largo de toda su vida (en Barcelona, sí, pero también en la Corte papal, con César Borja, y hasta en Milán, como es de presumir durante el período de dominio francés en esta ciudad). Montserrat había tenido anteriormente monjes italianos. En 1443 llegaron seis monjes de Montecassino (Frater Henricus de Alamania, Frater Ciprianus, Frater Simplicius, Frater Baptista, Frater Antonii, Frater Natalem)".

Sigamos con el contexto histórico, porque resulta esclarecedor. Escribió Espejo: "(...) Antonio Geraldino, embajador de Florencia en Barcelona, era un Gherardini, familia muy cercana a Leonardo, pues no en vano la célebre "Mona Lisa", de la que habla Vasari, se llamaba Lisa Gherardini del Giocondo. (...) Leonardo causó gran sensación entre los gobernadores españoles, porque eran unos años cuando las relaciones culturales y política entre España e Italia fueron intensivas y entrelazadas, si bien debiendo reconocer que los oriundos de la Corona de Aragón allí no eran bien vistos".

No era así en el resto de Europa, sino todo lo contrario. En tiempos de Leonardo la montaña de Montserrat ya había demostrado su gran capacidad para atraer a gentes de todo el mundo conocido. Pienso, por ejemplo, en el francés conde de Lusignan (Vienne), señor del mayor castillo de Francia, quien, al enviudar de su esposa ("Melusine, Ou la fée de Lusignan"; novela de Jean de Arrás; s.XIV, reeditada en París en 1.925), se hizo eremita en Montserrat hasta su muerte.

Leonardo Da Vinci (más impresionado aún que cuantos allí hicieron vida eremítica), decidió idealizar su aspecto, para que, a través de sus cuadros, todo el mundo sintiese interés por aquel fenómeno, causado por un paisaje digno de dioses. También se detecta la inmensidad de altas crestas, de erosionadas en su retrato de "La Gioconda", adornando el fondo con didácticos perfiles de rostros, a modo de pareidolias, la mayoría nunca identificadas antes de ahora. Leonardo Da Vinci admitió haber acusado el fenómeno con estas palabras: "Me ha sucedido ya, a veces mirando una nube o un muro, descubrir en ellos manchas que, imperfectas, en algún detalle despertaban mi inventiva, gracias a la perfección de sus movimientos y actitudes". ("Aforismos"; 417).

Los apretados repliegues geológicos de la montaña de Montserrat atrajeron, como un imán, a los corazones, ya fuesen cristianos, o ateos. Los cátaros de Occitania, también eran numerosos en aquellas alturas vertiginosas. Sobre todo, hubo un intenso flujo de personas (entre ellas, algunas celebridades) allá arriba refugiados, en los siglos cuando eran perseguidos. El renombre de Cataluña, en aquellos siglos, lo avala el hecho que el muy erudito rey Renné de Anjou (descubridor de la tumba de santa María Magdalena en Saintes-Maries-de-la-Mer), fue nombrado también Rey de Cataluña, dando a la montaña de Montserrat una gran trascendencia, presentándola como una geografía esotérica, de la cual era él fue el mayor de los adeptos.

Aquel templo tuvo una docena de propietarios, incluida la Orden del Temple de Jerusalén. El templo que vio Leonardo en su primera visita a Montserrat ya era propiedad de los religiosos que la tenían desde 1.470. La Barcelona de entones, también entonces también tenía mucho prestigio, por acumular conocimientos esotéricos de los influyentes sabios judíos. Toda Europa estaba ansiosa de estar al corriente de sus exóticas cábalas, y de sus símbolos, que, "descafeinados", fueron integrados al conocimiento científico tradicional. Para aquellos que aspiraban a convertir el plomo en oro, los minerales del entorno de Montserrat eran aún más atractivos, por la existencia de una mina de plomo en L'Ataix (cerrada en 1962). Pero, si a Leonardo le hubiese interesado el dicho metal, sería por ser el plomo imprescindible para obtener el color blanco (cerussa).

FOTO: LEONARDO DIBUJÓ EN ESQUEMA EL ANTIGUO MONASTERIO

De su primera estancia, en el monasterio de Santa María de Montserrat, Leonardo Da Vinci dibujó, desde sus máximas alturas transitables, una perspectiva dibujada de los dos grandes rellanos. Están superpuestos, y son los principales de la vertiente sur de la "Santa Montaña". Por su dibujo, comprobamos que el monasterio que existe actualmente, a media falda (cota 920 m.) de los muy abismales barrancos, en vida del polifacético genio -que lo visitó como peregrino-, tuvo una forma rectangular alargada. Nunca hasta ahora había sido conocida, al haber sido todo destruido por el ejército napoleónico en 1811.

Es un polo de máxima concentración de visitantes, quienes llegan hasta allí (tres millones anualmente). Acceden con los convencionales medios de transporte, además de un tren cremallera, y también en la cabina de un teleférico, de impresionante recorrido. Pero la carretera actual, e incluso el camino, son relativamente recientes, porque antiguamente se accedía por el camino de Collbató, zona donde hay las mayores cuevas conocidas.

Reclamo la atención de los historiadores acerca del recinto que dibujó Leonardo en el rellano superior (cota 960 m.). Se presenta construido, casi verticalmente, encima del monasterio, y tiene escritas varias letras mayúsculas, de las cuales solo puedo leer dos "R" (Folio 4r, del "Codex Madrid II). En las fotos que incluyo, se observa la verticalidad de ambos espaciosos rellanos, siendo para mí una sorpresa la amplitud del más elevado ("Llano de las Tarántulas"), que he conocido por haberlo visto -en TV- filmado con los modernos drones. Siempre supe que allá arriba había habido alguna capilla, o un eremitorio.

Así creí yo que estaban justificados los casi mil peldaños que existen excavados en la dura peña. Se encajonaron en la angosta separación de dos grandes moles, cuando se juntan en aquella parte. La empinadísima "escalera", comienza en el huerto particular de los monjes; detrás mismo del ábside, donde se venera a la imagen de la Virgen y el Niño, ambos de color negro. Al poco rato de subir se puede pasear, horizontalmente, por desviarse en tramos aplanados, que, a modo de "balcón", fueron peligrosamente excavados sobre el precipicio.

FOTO: DIBUJÓ EL DESAPARECIDO CASTILLO SOBRE EL MONASTERIO

Después de ver el magnífico dibujo, realizado por Leonardo Da Vinci, incluyendo torres de piedra, puedo entender, por fin, la necesidad que tuvieron de picar la dicha "escalera" casi vertical: Sólo en tiempos de guerra, necesitarían comunicarse con urgencia con el superior recinto defensivo, en el llamado "Pla de les Truites". Probablemente fuese un verdadero castillo sobre el cual se lee escrito por Leonardo "Rocafort", con acceso a la comunidad que, todavía hoy, atiende a las necesidades de los peregrinos así como de los demás fieles devotos. Como historiador, estudié el castillo de "La Guardia", que lo ubicaron en el otro extremo de la montaña, donde no hacía tanta falta. "La Guardia", significando "la vigilancia", debió darse más especialmente encima mismo del monasterio. Ambos estuvieron ubicados a una cota semejante. (Rocafort, es un pueblo cercano a Mt. Montserrat aunque J. L. Espejo en su libro lo cree el castillo del moro).

La historia informa que "La Guardia", perteneció a un musulmán, llamado Berenguer Ben Reverter, un vizconde que lo había heredado legalmente. En cambio, encima mismo del monasterio, los libros ("historia horizontal") solo mencionan, como una leyenda, la amenaza real de un "demonio" residente en las peñas de encima mismo de Santa María de Montserrat. Es una rivalidad típica, pues monjes y guerreros -contra toda lógica- se llevaron muy mal. Conozco bien un caso semejante, bien documentado. El famoso monasterio de Sant Pere de Roda (Alto Ampurdán), pleitearon con el propietario del castillo de Sant Salvador de Verdera, cuyos restos siguen hoy ubicados en una cota más elevada.

FOTO: CASTILLO REDUCIDO A "ERMITA DE SAN DIMAS"

INVESTIGACIONES DEL SEÑOR J. L. ESPEJO

Escribió José Luis Espejo: "(mi) trabajo pretende fundamentar, con evidencias empíricas, mi hipótesis acerca del origen catalán de la familia de Leonardo da Vinci. (...) De hecho, no tengo pruebas del origen catalán de los Da Vinci, sino sólo una presunción, apoyada en algunas evidencias obtenidas en fuentes documentales italianas. (...) Los Da Vinci, de la rama Da Vinci (antecesores de Leonardo), se habrían instalado en Florencia en la primera mitad del siglo XIV. (...) De acuerdo a Renzo Cianchi, la primera mención de un antepasado directo de Leonardo tiene lugar en un contrato firmado en el año 1339 por Ser Guido di Ser Michele da Vinci, que aparece ya como "notario florentino con el título Ser (...) los Da Vinci de Italia tuvieron como ocupación principal, desde tiempos de Ser Rinieri di Salvi da Vinci (en el año 1254), la escribanía, el notariado, y el oficio de la abogacía".

No es con ánimo de plagiarlo que yo transcriba, en parte, sus argumentos. Al contrario; mi deseo es contribuir a que sea más divulgada su muy extensa investigación sobre Leonardo Da Vinci, la cual ha sido mi iniciación y soporte; y la suscribo casi por completo. Si algo viese reprochable en ella de J. L. Espejo, sería aportar más enigmas de los que resuelve. Eso es así, porque su investigación se amplía en todas direcciones. Como buen historiador, e investigador, J. L. Espejo, al defender los viajes de Leonardo Da Vinci a Cataluña, aporta líneas genealógicas, nunca antes desveladas, remitiendo a muchas familias alto-medievales que, por ser librepensadores católicos, debieron escapar del actual Sur de Francia, para salvar sus vidas, y reubicarse en Italia y en Cataluña. Leonardo sería descendiente de una familia pre-pirenaica, establecida en Vinçà (Cerdaña, a 30 km. lejos de Perpiñán), que perteneció a Francia durante veintiún años (1.472-1.403).

Algunos de los linajes genealógicos que cita Espejo, yo los había estudiado décadas antes. El linaje Vinçà, de donde -según J. L. Espejo- procedería el topónimo Da Vinci, en Cataluña existía antes en los Covinçà, de Berga; otros del Rosellón. En la Cerdaña vivió el personaje llamado Arnau de Vincà. Cataluña, en aquellos siglos perdió su nombre, cambiándolo por el de "Corona de Aragón", ejerciendo gran influencia en Italia. Exactamente en Milán, y Ferrara, Cataluña tenía un "lobbi" comercial. Muchos, al huir de los Pirineos, aprovecharon sus redes de intercambio.

Mi investigación sobre el misterioso "Tesoro Cátaro" que, como es sabido, los refugiados en el aéreo castillo de Montsegur, lograron sacar, furtivamente (partido en dos mitades), la noche antes de que, más de doscientos librepensadores, prefiriesen ser quemados en una hoguera, pues habrían podido salvar su vida renegando de su fe. Su "Tesoro Sagrado", gracias a los nobles fautores de los cátaros, hoy sigue estando a salvo, y muy devotamente venerado. Lo expliqué en mi libro inédito. (solo publicado en PDF en internet / patronadesolsona).

Las tierras catalanas eran la vía natural para llegar a la reconquistada Valencia, donde se regalaban tierras sin hacer preguntas, a fin de repoblarla. La facilidad de viajar de un lado a otro del Pirineo, fue posible, porque el conde de Foix (Ariege) Roger Bernat IV, era al mismo tiempo vizconde de Castellbò (Alt Urgell); una población satélite de Seo de Urgel (Norte de la provincia de Lérida). La palabra catalana "Seu", significaba "Sede obispal", al ser dicha ciudad su residencia oficial. Las luchas entre cátaros y católicos se encarnizaron, viéndose obligado el mitrado a establecer su residencia. Vivió durante décadas en la ciudad de Solsona (125 km. al sur), por el peligro que representó tener por vecino al conde de Foix. Éste, por doble enlace matrimonial con los hijos del vizconde de Ramon Folc de Cardona, pudo alquilarle la población de Solsona, en cuyas cercanías tuvo el obispo su palacio-refugio. Para continuar hostigándolo, el conde de Foix fue, durante siete años, el Señor de Solsona, por haberla alquilado (Archivo de Foix).

EL SEGUNDO VIAJE DE LEONARDO A CATALUÑA

Leonardo, mientras estuvo a las órdenes de Macchiavello y Cesar Borgia, pudo haber conocido la fortificación del castillo de Salses, en el Pirineo catalán, porque lo dibujó. La planta de aquel castillo le interesaba para remodelar el de Piombino y otros de Romagna, Leonardo Da Vinci debió haberla copiado del castillo de Salses, terminado un año antes de su viaje. J. L. Espejo, después de dar todo tipo de referencias, concluyó: "Parece ser un "esquema ideal" de lo que debe ser una fortificación "a lo Salses" (...), por lo que Leonardo, con su dibujo, se anticipó a su época también en la edificación de fortalezas militares" (Se refiere al ingeniero militar francésVauban). Espejo continuó: "Tenemos otra evidencia de la presencia de Leonardo en tierras catalanas. Ya en Florencia, en abril de 1.505, efectúa un pago de 5 florines de oro a Ferrando Spagnolo. Éste era, en realidad, Fernando Yáñez de la Almedina, el cual pintó algunas obras de estética "leonardiana". Además de en Italia, trabajó en Valencia, Cuenca y Barcelona. (...)".

FOTO: EL CASTILLO DE "SALSES" COPIADO POR LEONARDO

El segundo viaje de Leonardo Da Vinci a Cataluña, debió durar solamente tres meses. Lo emprendió después de la muerte de su padre, el mes de julio del año 1.504. Podría pensarse que viajó a Barcelona por cuestiones familiares, pero es más probable que fuese cumpliendo alguna misión, siguiendo concretas instrucciones de alguno de los dos duques por los cuales trabajó. Dado que Da Vinci ya conocía Montserrat, es verosímil que, residiendo Leonardo de nuevo en Barcelona, hubiese visitado la Santa Montaña, aunque solo fuese por sentir nostalgia de su viaje anterior.

Se trata de un paisaje entrecruzado, por el hecho demostrado de que: No todos los que suben a tan sagradas cumbres, les impulsa una motivación religiosas; no obstante, igualmente todos notan los efectos de una fuerte energía espiritual. Quienes proponen otros paisajes para inspirar los fondos montañosos de los dos cuadros con "La Gioconda", es porque no han tenido nunca la oportunidad de conocer la "Sierra de Montserrat", un mote que fue debido a la alineación de sus muy apretadas crestas en sus 10 Km. de extensión.

En su segundo viaje, Leonardo debió de tomar notas del paisaje, así como de los alrededores de Montserrat. Con posterioridad, retocó "La Anunciación", y otras obras, deseoso de inmortalizar detalles de ciertos parajes de Cataluña: el Monte Canigó, la sierra de Montserrat, y la ciudad de Barcelona. Espejo lo escribió así: "Leonardo efectuaría un segundo viaje a Barcelona (...) En 1.504, incluyó Montserrat y el puente de Monistrol en dos de sus más célebres cuadros. (...) Como un elemento accesorio, planteo la hipótesis del origen catalán de su linaje".

El historiador J. L. Espejo, escribió tres vías alternativas, para que Leonardo regresase a Cataluña: "1ª) Hacia 1.502-1.503, cuando César Borgia (hijo del Papa Alejandro VI, de origen valenciano) le facilita el siguiente "pasaporte", fechado el día 18 de agosto de 1.502. Con esta carta, Cesar Borgia, "gonfaloniero" de las tropas del Papa, da total libertad de movimiento a Leonardo".

2ª) Remitiéndose a (...) Charles Nicholl, transcribió: "(...) En tiempos se creyó que en torno a 1.502-1.503 (Leonardo) había viajado a Constantinopla, pero ese hipotético viaje no cuadra con los testimonios con que contamos" (página 307). En efecto: el 1.4 de junio de 1.503 Leonardo estaba en Florencia, donde retira de su cuenta 50 florines de oro; el 21 de junio se halla en las proximidades de Pisa, trabajando en el desvío del río Arno; y un mes más tarde, entre el 22 y el 23 de julio, vuelve a visitar los trabajos en el Arno. Así pues, dicho lapso temporal hace imposible un viaje en barco, ya sea a Occidente (a Cataluña) como a Oriente (a Constantinopla). Puesto que en los años 1.502 y 1.503 se le puede seguir la pista casi día a día, a causa de sus muchas actividades y responsabilidades públicas y privadas. (...)".

3ª) De nuevo, remitiéndose a Charles Nicholl, transcribió: "(...) Y mientras se desarrollaba este monumental fiasco en las llanuras pisanas (el fracaso del desvío del Arno), un fiasco en el que (Leonardo) tenía su parte de culpa, ¿dónde estaba Leonardo? Fuera de la ciudad, seguramente" (página 432). No volvemos a saber de él hasta el 20-10-1.504, en que Leonardo reside en el castillo de Piombino (que se propuso fortificar "a la manera de Salses")".

LA CARA DE UN ARTISTA CONTRARIADO (FOTO DE SATÉLITE)

Probablemente, la evolución de nuestra especie empezó, además del fenómeno religioso, consagrando la unión de la ciencia y del arte. Así lo debió de intuir el infatigable genio de Leonardo Da Vinci. En lo referente a dicha "comunión", seguidamente presento una prueba física, nunca imaginada. Me refiero a mi descubrimiento de la imagen de un gran rostro de varón barbudo (10x5 km.), configurado por toda la montaña de Montserrat (40 km. lejos de Barcelona). La descubrí años antes de lograr confirmarlo mediante una foto de satélite de la NASA. Presenta un rostro, con gesto de contrariado, que asocié a la cara de desagrado de Leonardo Da Vinci, antes de decidir abandonar la creación de alguno de sus cuadros.

Cuando mi biografiado no estaba plenamente satisfecho, su rostro no era de simple preocupación, sino de auténtico fastidio. Ante un defecto estructural, Leonardo volvía a retocar sus pinturas. Un testigo escribió que: "(Leonardo) se podía pasar el día sentado en un andamio, sin dejar de observar lo que había pintado días antes. (...). Podía pasar varias semanas sin superar la fase de preparación. Era consecuente con la opinión que dejó escrita: Aquellos cuya conciencia apruebe su conducta, perseguirán sus principios hasta la muerte.(...) Pienso, escribo, respeto, porque somos lo que demostramos ser.

A mucha gente, la sierra de Montserrat le parecerá un paisaje montañoso, imposible para ser de este mundo; y sin embago, realmente existe. A mí, me parece ver en aquellas cimas: El disgustado rostro de Leonardo Da Vinci, en el momento de sentirse frustrado, para terminar alguna de sus pinturas. Es la llamada "inspiración leodarnesca", que evoca cuando -por algún motivo- se aplaza lo que se está haciendo,... y finalmente se abandona. Según escribió Michele White: "Al regresar (Leonardo) a su país, de repente, escribió sus experiencias sobre los más variados temas. (...) Da Vinci mejoró notablemente sus expresiones artísticas, dado que sus pinturas, también incluyeron aspectos de su propia vida. Por tal motivo, las encripté con más iconografía, incluyendo la narración de sus fantásticos escritos".

La sierra de Montserrat, bien pudo haberlo inspirado, puesto que incluyó sus peñas en varios cuadros, y especialmente en "La Gioconda", porque está ligado a la geometría, al número y a la proporción. Nada que ver con los primeros fondos de su etapa florentina, perfectamente ordenados. A partir de conocer la montaña de Montserrat, también fue cuando Da Vinci empezó a compilar las notas del "Codex Madrid II". Pero lo que más interesa destacar ahora, es que sus nuevos fondos, fueron más sugerentes y abrumadores. Véase su "Paisaje Alpino" (1.499-1.500).

FOTO: LA MONTAÑA DE MONTSERRAT CONFIGURA UNA CARA HUMANA

En mi opinión, la foto es demasiado perfecta para clasificarla como una pareidolia más. Claramente revela un rostro de varón circunspecto en Montserrat, aunque solo pueda ser visto desde el cielo, y disfrutando de cierto "punto de vista" (ángulo). Es la "Montaña Sagrada", y aunque yo no sea imparcial, parece reflejar la frustración de mi biografiado al ser incapaz de alcanzar la excelencia. J. L. Espejo, después de haberme convencido con las pruebas que aportó, yo informo de las mías propias. Esa foto de la NASA, sí que es una prueba de la perfecta simbiosis: entre una genial persona, y la más sublime formación geológica de la Madre-Naturaleza.

Naturaleza (valga la anáfora), a la que mi biografiado, con sus pinceles, dotó de un punto de vista poético. Su obra evoca divinamente la naturaleza, con una esencia llena de abstracción. No obstante, yo no la incluí en mi libro autoe-ditado: "La Cara Humana de Montserrat" (Ed. 1990), acerca de la milenaria santidad de aquel enclave místico, y presenté el fenómeno como una inconmensurable muestra de cómo, en la Naturaleza, el arte y la ciencia revelan una simbiosis nunca antes sospechada. Tenemos la realidad de una foto

que supera todo lo mítico y mágico que limitó a las antiguas divinidades. Evité asociar esta foto de satélite con Leonardo Da Vinci, pues creí que requería ser presentado con la máxima dignidad, y no con mi subjetiva opinión. A juzgar por el silencio, de las instituciones públicas, yo quizá debí haber reconocido estar equivocado, porque las fotos que regalé -personalmente- al abad superior del monasterio benedictino, y también al "Patronato de la Montaña de Montserrat" (acompañadas de mi libro), siendo una fotografía absolutamente realista, no les mereció ningún interés.

No obstante, dada mi seguridad en el fenómeno (ya que no era una rana, o una mesa, sino un rostro circunspecto con una señal en el centro de su frente), debí aceptar la reticencia de sus mentes (incluyendo las tenidas por más sabias). Por consiguiente, tomé la decisión de perseverar, divulgando el curioso fenómeno para quien quisiese disfrutarlo. Ello fue posible gracias a que al cabo de poco tiempo ya se popularizó.

FOTO: ES UN DELTA MOVIL "DESCALZADO"

LA GEOGÉNESIS DE LA MONTAÑA DE MONTSERRAT

Hay miles de libros de Montserrat, pero pocos informan de que, sus erosionadas peñas se deben a: desórdenes fluviales en el delta de un río que, antes de desembocar en el mar, cruzó un Continente, hoy desaparecido. Sus peñas se formaron al ser petrificarse el material de arrastre de un caudaloso río, cuyo delta móvil dejó tan numerosos, como esbeltos, depósitos de guijarros y cantos rodados incrustados en la piedra arenisca. La explicación de Leonardo, de tan peculiar geogénesis, siempre antes atribuida al Diluvio Universal, fue innovadora, porque había meditado mucho del por qué se elevan las cadenas montañosas. Ante la mole montserratina, el fenómeno era diferente al del empuje tectónico de placas. Entendió que las rocas sufrieron el desgaste de un caudaloso río, que arrastró sedimentos hasta depositarlos en el mar. Posteriormente el mar desapareció, y la erosión fue descalzando los numerosas formas cónicas de los, hoy, peculiares conglomerados de piedra pudinga.

Yo he tenido la suerte de poder superar esta visión, y voy a tratar de convencer de que, los peñascos reunidos en una compacta mole, de veinticinco kilómetros de perímetro, tuvieron una orogénesis que es de fácil explicación. Por otra parte, tienen trascendental importancia futura (yo la he gozado cada día), porque sus múltiples formas, cobran tan profundo sentido que nos penetran: Su disposición, tiene capacidad para identificarnos como especie humana, de la que quizá algún día sea su "logo". Es una tan gráfica imagen, que, en sus rasgos faciales, veo el disgustado rostro de Leonardo Da Vinci. Para muchos, quizá será el de Dios; aunque, no le haría falta ser visible,... ni tendría los pies de barro, como es característico de la humana condición, igual que la mole montserratina.

UNA FRONTERA MUY EFECTIVA ANTE EL ISLAM

La montaña de Montserrat, estaba llena de eremitas, y Leonardo Da Vinci visitó en la Alta Edad Media las más accesibles. Él no ignoraba que aquellas arracimadas moles conformaban el "altar central" del cristianismo en Cataluña. En efecto, así se veía en el extranjero, pues tenía el renombre de ser una geografía extraordinariamente peculiar, siendo la mejor de las "barricadas", dada su tan peculiar y alargada mole pétrea (10x5 km.). Fue justamente, gracias a su altura, que había servido de frontera natural durante siete siglos de invasión sarracena.Nadie podía dudar entonces, de que la "Santa Montaña" era una muy útil coraza para el mundo cristiano, al haber sido capaz de minimizar la penetración de los árabes. Leonardo conoció el glorioso -y hasta milagroso-, pasado de aquellos pináculos, que se han comparado a los dedos de una mano formando un puño.

Así lo constató el genial toscano, al dibujar el paisaje del fondo de su más famoso cuadro. Según J. L. Espejo: "La Gioconda" la empezó a pintar poco antes de su segundo viaje. Y en ella, además de las características del paisaje, Leonardo hace un guiño a la Spagna que conocería a comienzos del siglo XVI. Tal como afirma Charles Nicholl en "Leonardo, el Velo de la Mente": (...) "Es bastante más probable que tanto el velo negro, como los tonos apagados de su vestimenta, tengan más que ver con la moda de la época: el look 'a la española', que ya había lucido Lucrecia Borgia en su boda con Alfonso d'Este, en 1.502, era el último grito".

FOTO: LEONARDO DEJÓ SU ESPÍRITU EN MONTSERRAT

INVESTIGACIONES DEL SEÑOR J. L. ESPEJO

Según el señor J. L. Espejo: "Leonardo Da Vinci tomaría notas del paisaje de los alrededores de Montserrat, reflejado en su célebre Gioconda (...). Leonardo vio la geografía sagrada en Montserrat y pintó un paisaje no imaginado sino vivido, donde habría encontrado su iluminación, sintiendo la necesidad de transmitir el fruto de aquel inolvidable viaje. (...) Leonardo, con posterioridad, retocaría "La Anunciación" (1.472-1.475), detallando paisajes de Cataluña: el Canigó, Montserrat, y la ciudad de Barcelona, cuyo puerto aparece en construcción (las obras se iniciaron en 1.477)". El dibujo de una cueva en una pared rocosa, él reconoce la cueva de Salnitre al pie de la cara sur de la montaña de Montserrat ("Royal Library" 12390r). Quitando las dichas correcciones, y retoques del lado derecho de "La Anunciación", se comprueba que mi biografiado, quiso incluir expresamente en un cuadro suyo, ya terminado: Barcelona, el monte Tibidabo y la montaña de Montserrat, altísima, de fondo.

La emoción que le hizo incluirlos, tiene una lógica explicación. De la visita a aquellas alturas, Da Vinci guardó un grato recuerdo, como si hubiese visitado la Sede del Grial, que tanto elogiaron los trovadores. Aquellas alturas se llenaban de ermitaños, que emulaban a Perceval, el héroe tradicional de la caballería, protagonista de "el Cuento del Grial" de Chretien de Troyes. Los héroes de Montserrat, en cambio, eran la visión de su mística unión con la Divinidad. En catalán vernáculo, se les llamaba "Per-se-val" (por-si-mismo-se-vale).

Cada anacoreta podía descubrir la "chispa divina" en su interior,... si lograba la ayuda (léase espada) de la roca. En el monasterio francés de Rocamadour, donde se venera también una "Virgen con Niño" de color negro, tienen una espada realmente clavada en la roca (desde 1.180). Debe su fama, a que fue el noble caballero Roldán, paladín del emperador Carlomagno, quien la dejó allí clavada. Sabiendo todos que es mentira, goza de una gran veneración. En fin, Leonardo conoció bien dicha saga de héroes, y sus leyendas, pues, además, previamente había visto otra "Excalibur" venerada en San Galvano, cerca de Siena.

FOTO: META-LENGUAJE PICTÓRICO EN "LA GIOCONDA"

Al bromista que Leonardo fue, le gustaba representarse a sí mismo, en plena madurez, tras enigmas pictográficos, como cuando un representó a un anciano (que Leonardo pintó cuando tenía cuarenta años) como un león ardiente (Lion-ardo), pues introdujo una interpretación etimológica. Es necesaria esa explicación, porque voy a mostrar numerosas variantes incluidas en sus dos cuadros de "La Gioconda". Yo no pretendo agotar el tema, sino solo advertir que el genio que fue Da Vinci: se permitió dar diferentes lecturas a muchas de sus obras.

Tales ideas, en el fondo de sus cuadros, nos revelan su modo de ver el mundo. Yendo más allá, en el fondo de "La Gioconda": exactamente Leonardo nos quiso transmitir una lección de historia. Actuó convencido de que sería comprendido en los siglos futuros (como así ha sido), pues no ignoró que, para sus contemporáneos tales informaciones encubiertas, habrían sido juzgadas tan inútiles como las fantasías de un demente.

Leonardo viajó a la abadía de Santa María de Montserrat, en la provincia de Barcelona, emplazada a media falda de la "Montaña Sagrada" de Cataluña (N.E. de España). Su aspecto orográfico, y geológico, es muy peculiar; y además, vista desde lejos, es una mole tan solitaria e insólita como el "Ayes Roch", en el centro de Australia. Al acercarnos a Montserrat, se nos revelan unas arracimadas cumbres, muy erosionadas, capaces de atraer a numerosos anacoretas de toda Europa.

En aquel tiempo Montserrat, era una montaña de la que decían: No tiene "puerta trasera"; porque para el común de la gente, no tenía más atractivo que el propio monasterio. Aún así, ha llegado a crecer en todos los sentidos, y actualmente atrae, cada año, a tres millones de turistas de todo el mundo, que acceden por muy variadas vías. Es el único geo-parque de Cataluña reconocido por la UNESCO.

FOTO: LA PRINCIPAL PAREIDOLIA EN "LA GIOCONDA"

"La Gioconda" es una obra acumulativa de la "poética leonardesca". Según escribió un crítico: Finísima en su descripción, evoca la esencia de la naturaleza, difundida en el espacio-tiempo. Y yo añado que: Mantiene implicaciones históricas incluidas en el paisaje. Para Da Vinci, tuvo un significado universal, consistente en comunicar la impresión de una transformación cósmica, la cual continuamente está creando. Tras su viaje, Leonardo perfiló la inconfundible cresta de pináculos de la Sierra de Montserrat, incluyendo dos diferentes niveles en los fondos para un mejor aspecto de calidez a diferentes distancias.

Por ahora voy a comentar que incluyó el perfil de un rostro con turbante. Es muy conocido el "Hombre con Turbante" (Un perfil de musulmán, descubierto por Silvano Vincenti), consistente en una sinuosa cresta de montañas en el fondo de la panorámica. Después de ser limpiada, mejoró mucho "La Gioconda" de Madrid,... pero ya sin incongruencias. En plural, porque son muchas.

Montserrat es una "Montaña Milagro", que no dejará nunca indiferente a nadie con sensibilidad,...y menos a Leonardo Da Vinci. No podrá ser explicado de otro modo, que pintase, en el fondo izquierdo de "La Gioconda": Un inverosímil saliente debajo de una inmensa mole montañosa (a la altura de su ojo derecho). Leonardo lo pintó tan exageradamente "ingrávido", porque, quiso representar el rostro de un musulmán, cuya barba termina con una gran perilla.

No es difícil descubrirlo, pero, para facilitar su localización, lo he cerrado en un recuadro de color diferente, a fin de distinguirlo de las demás formas de rostro humano. Por mi vocación, me animó a investigar cada centímetro de ambas "Giocondas". Al pintarlo, Da Vinci deseó dejar constancia de unas peculiares peñas, con voladizos naturales, superando la geología de los monasterio de Meteora. Ésta es la única justificación para que le saliese una "casa colgada" (después interpretada como la perilla de una barba).

FOTO: PECULIAR EROSIÓN DE LAS PEÑAS EN VOLADIZO

En el fondo de "La Gioconda" de París, los expertos ya habían advertido del descubrimiento de un perfil horizontal, llamado "Hombre con Turbante", ignorando que simbolizó a los invasores islámicos de la Península Ibérica. Para visualizarlo, tan solamente hay que ladear el cuadro a la derecha 90º. Leonardo quiso referirse a la misma raza que, durante siete siglos, amenazaron las tierras de Cataluña. En aquel periodo, los habitantes de Barcelona vivían esperanzados en que, solamente los altos pináculos de la montaña de Montserrat, podrían frenar la tan temida invasión. Al ser una larga frontera natural, cuyas alturas eran muy fáciles de defender con pocos cristianos, la imagen de una Virgen Negra venerada en Montserrat ganó un muy gran prestigio.

Sus valientes defensores cristianos, nunca se rindieron a quienes, llamándoles a ellos infieles, intentaban derrotarlos. Dicha trascendencia histórica, Leonardo la decidió evocar mediante el perfil de un musulmán, disimuladamente incluido. El genial Leonardo (que por ser científico, fue muy práctico), conscientemente informó, pintando, que: "Durante siete siglos, la montaña de Montserrat había sido la frontera natural con el Islam, cuando fueron los imparables invasores del resto de la Península Ibérica". Fue su modo de superar el punto de vista poético, que le gustó evocar en sus cuadros.

FOTO COMPARO LOS FONDOS DE LAS DOS "GIOCONDAS"

Al estar yo avisado del perfil con turbante, pude fácilmente detectarlo, por haberme especializado en coleccionar pareidolias, configurados por los sinuosos perfiles de muchas montañas. Es un ejemplo de cómo, "mi sistema", puede ser de utilidad, ayudando a los expertos a mejor distinguir los fondos de "La Gioconda". Al fijarnos bien, no vemos los mismos fondos en de París, que en la de Madrid. Ofrezco unas muestras escogidas de mis pareidolias, de mi gran colección particular (en /magnetic).

En esta parte de mi trilogía sobre Leonardo Da Vinci, sé que me repito, pero las variadas formas de rostro en ambos cuadros de "La Gioconda", son tantas y tan mezcladas, que debo evitar que los lectores se desorienten al leer. Leonardo lo planteó como un juego, porque está en nuestro genoma el desarrollarnos jugando. Los beneficios que ello conlleva, es que nos curan la depresión; y si son de resultados útiles, evitan envejecer prematuramente. Somos creativos por naturaleza, y jugar también es arriesgarse para ir más allá de la simple supervivencia. En ello Leonardo fue un campeón, por el hecho de elevar su actividad mental a un proceso continuado de creación libre y entusiasta.

No quiero extenderme pero seria muy largo de explicar sus increibles recursos pictóricos. Habría que extenderse en los trucos ópticos incluidos en la Gioconda, pues lo consiguió mediante el diferente nivel de los dos fondos a cada lado del inmortal busto. El centro esta situado en ojo de la dama, y de tal forma el observador que esta al frente puede parecerle su cabeza oscila. Al encontrarse ante la burbujeante naturaleza, de las peñas de la sierra de Montserrat, su reacción fue desarrollar un creativo juego mental. Su convencimiento de que formamos parte de la naturaleza, estuvo siempre la base de acción de su forma de pensar, y en aquel exuberante escenario, su intelecto como pintor, le dictó afrontar retos y peligros.

FOTO: NUMEROSAS PAREIDOLIAS EN "LA GIOCONDA"

Los fondos de "La Gioconda" de Madrid son vibrantes, pero, habiendo quedado tan nítida, no se corresponden con los del cuadro de París. Leonardo, tras el paisaje idealizado del fondo, quiso ser más inteligible en sus "mejoras", decidiendo acentuar al máximo el dicho fenómeno de la pareidolia. El "toque leonardesco" consistió en disimular, no solo el perfil horizontal citado, sino que además, "enmascaró" varias formas de rostro humano, las cuales son tan numerosas, que renuncio a prodigarme en presentarlas. En "La Gioconda" de Madrid, las expongo en fotos parceladas, porque son muy diferentes en ambos cuadros.

InicialmenteLeonardo también incluyó el "Hombre con Turbante", en el paisaje más elevado de la izquierda (como en "La Gioconda" de París). Pero el genial toscano, creyó de justicia resaltar al vencedor de la secular contienda. Buscó tiempo para mejorar su gráfica "lección de historia", como si fuese un juego. Si no conociésemos a Leonardo Da Vinci, tales formas parecen haber sido pintadas involuntariamente. Para facilitar su comparación con las mejoras que realizó en "La Gioconda" de Madrid, expongo algunas diferencias entre ambos cuadros, en fotos parceladas.

FOTO: MEJORÓ LAS PAREIDOLIAS DE LOS FONDOS

LEONARDO DA VINCI, INCLUYÓ AL REY FERNANDO "EL CATÓLICO"

Los datos historiográficos confirman que el cardenal García Cisneros, ayudado por los Reyes Católicos, reformó (1.493) los estatutos de los monjes jerónimos de Santa María de Montserrat, doblando el número de ocupantes de la abadía de la "Montaña Santa". Se sabe hoy que existió un pacto secreto entre Fernando "el Católico" y el rey Luís XII de Francia, firmado en Granada. Se trataba de evitar las intervenciones del Gran Capitán de las tropas españolas en los campos de batalla italianos. Gracias a ello pudieron dirigirse tranquilos a Nápoles, tanto el duque de Nemours como Cesar Borgia.

Fernando II "el Católico", fue quien expulsó a los monjes italianos del monasterio de Santa María de Montserrat, obligando a que fuesen todos monjes castellanos. No fue un asunto menor, pues hasta entonces, todos los monasterios dependían del Papa de Roma, y en ellos, los obispos no tenían autoridad. El rey Fernando de Aragón (el "Rey Católico", nacido solo un mes después que Leonardo), ya residía en Barcelona en otoño de 1.481.

Los gruesos labios del soberano -que parecen ser salchichas-, son fáciles de identificar, como se ve al compararlo con la cara del "Rey Católico" (que incluyo al lado). La naturaleza no puede hacer anillos en un paisaje tan montañoso y vertical; y menos, introducidos uno dentro del otro (circunscritos). Es un juego, al que el genio toscano nos invitó a participar. Yo los he ampliado, descubriendo una forma de rostro, que llamaré "fácil" (recuadro amarillo). Puede ser la mayor prueba de su sagacidad para transformar ideas en lenguaje simbolico, que el exegeta interesado descifrará.

Debajo mismo del citado perfil con turbante, Leonardo, manipulando el paisaje de "La Gioconda" de Madrid, Sabemos que pintó el rostro del rey, por los trazos verticales de una simple corona que ya me era conocida. Si ésta, no fuese el símbolo de su realeza, habría que pensar en una "corona de espinas"; pero los abultados labios del la cara -que aparece mirando al frente-, no deja lugar a dudas. Da Vinci los disimuló mediante un gruesa forma anular (como mi "Onutoro").

En realidad Leonardo Da Vinci quiso homenajear, veladamente, al "Rey Católico" (hijo del emperador Maximiliano de Habsburgo). Es más; tampoco sería imposible que le hubiese conocido personalmente en su segundo viaje, puesto que el soberano residía en Barcelona. Él, y su esposa la reina Isabel, pasaban largas temporadas en el antes citado monasterio de Badalona.

Leonardo, tras el paisaje de "La Gioconda", quiso esconder el rostro del rey Fernando II, haciendo evidente su simpatía por su persona. Le había sido contagiada por Macchiavello, ya que sientió por el "Rey Católico" la mayor admiración. Es sabido que, de los muchos gobernantes que citó en "El Principe", fue el único al que dedicó alabanzas: "Puede llamarse casi príncipe nuevo, porque de rey débil se ha convertido, por fama y gloria, en el primer rey de los cristianos".

Cuando teorizó acerca de lo que hace que los príncipes sean más valorados escribió: "Lo que más les hace ser estimados son sus grandes empresas (...) Si examinamos sus acciones las encontraremos todas grandiosas (...)". Y a continuación Macchiavello relaciona casi todas sus gestas. Faltan algunas, porque escribió después de que León X -con una amnistía- le sacó de la prisión.

Gracias al famoso Maquiavelo, Leonardo conoció al rey de España mucho mejor que los actuales historiadores. Éstos podrán seguirse preguntando si Leonardo: Habría podido ver al rey en persona. La inconfundible cara del dicho soberano, de gruesos labios, si Leonardo quiso incluirla en el paisaje, tuvo que ser debido a algún poderoso impulso. Quizá pudo haber sido de cariz patriótico, ya que en el blasón de los Vinçà del Conflent, primero, y el de los Vinci de la Toscana, después, todos sus escudos heráldicos incluyeron "Tres palos de gules" (como los blasones de los condes de Foix, o los reyes de Mallorca, etc.).

FOTO: EL REY FERNANDO II "EL CATÓLICO", CORONADO EN "LA GIOCONDA"

Expondré las ventajas de mi forma de escrutar los cuadros de Leonardo Da Vinci, porque permite distinguir más fácilmente aquellos que él pintó personalmente. Recordaré que para Leonardo Da Vinci, fue habitual recurrir a elementos sustitutivos de los correspondientes vocablos. Véase una de sus páginas en la que propone mezclar subliminalmente un lenguaje visual con otro verbal menos desarrollado, que triunfó siendo llamado "estilo leonardesco", por incluir pictografías enormemente expresivas sustituyendo ciertas palabras.

El contexto histórico de este dibujo en el paisaje de "La Gioconda", me obliga a extenderme en consideraciones genealógicas adicionales, de cuando Leonardo viajó a Barcelona, según el señor J. L. Espejo: "(...) Cuando Leonardo visitó por primera vez Santa María de Montserrat, sus rentas las cobraba el cardenal Della Rovere (1.471-1.483). Aunque éste, siendo abad comendatario nunca visitó aquella comunidad, por lo que su disciplina monacal, y sus servicios, se deterioraron. Otras explicaciones difieren". El caótico periodo de aquella comunidad, sucedió cuando estuvo bajo la responsabilidad del abad, que era sobrino de Francisco Giménez de Cisneros, el gran inquisidor castellano. Sintetizaré el contexto histórico, y que cada uno saque su propia conclusión.

De acuerdo con según el señor J. L. Espejo, cuando Da Vinci, el genial científico y artista, regresó a Montserrat, veinte años más tarde (1.504), lo encontró todo muy cambiado. Según el cronista Gregorio Argaiz, que visitó las dependencias y archivos del monasterio, confirmó el dicho abandono, a partir de cuando el cardenal delle Rovere en 1.481, renunció a las rentas de la abadía de Montserrat (1.481-1.504); al cual pertenecían, además, las de varios señoríos vecinos, como Castellbell, etc.. A través de su plenipotenciario, llamado Morull (o Rull), las rentas fueron cedidas al cardenal Francesco Soderini (hermano del Gonfaloniere de Florencia), quien era también obispo de Volterra, y amigo de Julio II, quien lo apoyó en su reclamación.

Pero aquel nuevo beneficiario no estuvo contento con los doscientos escudos, y pretendió que toda la jurisdicción del convento de Santa María de Montserrat fuese suya "a perpetuidad" (a Plenoiure). Francesco Soderini fracasó, gracias a que el rey Fernando II "el Católico" se opuso a cederle la titularidad del cenobio. Donó aquella comunidad a la orden castellana de los Jerónimos. Los nuevos monjes: (...) se proponen adquirir un cuadro en honor de este santo, traductor de la Biblia latina (la conocida Vulgata). Éste es el contexto histórico que enmarcaría la visita de Leonardo a Barcelona, entre 1481 y 1483: sus "años perdidos".

LEONARDO DA VINCI, Y AMÉRICO VESPUCIO, EN BARCELONA

Al saber Leonardo Da Vinci, que estaba en Barcelona su paisano Américo Vespucio, quizá pudo solicicitar ser delegado por el gobierno de La Signoria, (influida el poderoso Soderini). Los florentinos necesitaban saber las intenciones del "Rey Católico", por el gran protagonismo de Cataluña en Nápoles, y el Nuevo Mundo (recientemente descubierto), y Leonardo pudo haberse desplazado, siguiendo órdenes de La Signoria. No obstante, la dicha información, también interesaba al duque de Milán y a los franceses. Como fuese, Sonderini tuvo que pleitear para tratar de conseguir la titularidad, pero, a quien quiera que delegasen en Barcelona, no logró conseguir el "Plenoiure" sobre el monasterio de Montserrat, por la intervención directa del rey Fernando II de Aragón, quien cedió la titularidad del cenobio a la orden de los Jerónimos de Valladolid.

En agosto de 1.504 Leonardo estaba en Barcelona, y es probable que se encontrase con Américo Vespucio, cuando éste formó parte de la recepción a Cristobal Colón. Vespucio era el asesor de los Reyes Católicos en el acto que tuvo lugar en el monasterio de "San Jerónimo de la Murtra" (Badalona). No era el único florentino presente, pues el propio secretario y consejero, del rey "Católico", Alejandro Gherardini (que coadyuvó la empresa de Cristobal Colón) era pariente de doña Lisa Gherardini del Giocondo. Por cierto, Américo Vespucio bautizó con el nombre de Gioconda (Graciosa; el de la madre de Alejandro), la menor isla del archipiélago de las Canarias, y además otra isla de Venezuela. Lo hizo por puro agradecimiento tan pronto volvió a navegar por el "Nuevo Mundo".

FUERTES ALIANZAS FAMILIARES ENTRE LOS EMIGRANTES

Leonardo Da Vinci pasó épocas de apuros económicos; y todo era debido por tener fama de incumplir los contratos. Probablemente, se lo tomaría como un ejercicio de auto-control (como los árabes durante su Ramadán). Según su biógrafo Giorgio Vasari: "Trabajaba poco, a pesar de lo cual mantuvo sirvientes y caballos (...)". A mí me escandalizó leer tan falsa opinión, porque ignoró su ingente labor multi-cultural a lo largo de toda su vida. Durante los años (que son llamados "Área oscura"), Leonardo Da Vinci obtuvo ayuda de los librepensadores cátaros del Pirineo.

En la Toscana, donde nació, se relacionó con un grupo de exiliados cátaros con apellidos Vinçà y Vinciano, que es común en Cataluña. Le dieron siempre protección, y le explicaron las ideas entonces consideradas heréticas, dado que en su exilio las compartían secretamente entre varias familias oriundas de la Cataluña Norte. El padre de Leonardo fue enterrado en Italia bajo una lápida que tiene escrito: Piero Da Vincio. El topónimo "Da", de su nombre, refuerza el hecho de que tuvo origen geográfico.

Averiguó según el señor J. L. Espejo, que: "(...) Los Da Vinci serían refugiados cátaros del Rosellón, instalados en la Toscana en el siglo XIII. (...) Leonardo tenía otros vínculos con España. Un antepasado suyo (Giovanni Da Vinci) murió en Barcelona, donde Leonardo pintó un retrato de "Ginevra de Benci" (1.475), encargado por el diplomático veneciano Bernardo Bembo. Éste hizo un viaje por España, entre 1.468 y 1.469 (...), de cuyo periplo el músico Paolo Marsi escribió la opereta "Bembicae Peregrinae". (...) El dicho diplomático veneciano le habría encargado a Leonardo el retrato de su amor platíonico, que fue Ginevra de Benci. También le presentó la montaña de Montserrat, como un centro iniciático de peregrinació".

Por cierto, Julietta Cattanei, simbolo de "la Giostra" de Florencia, fue la amante de Bernardo Bembo en dos ocasiones: En 1.974, durante un año, y en 1.478 durante otros dos. Hay que suponerle capacidad de aguijonear la innata curiosidad de nuestro querido gran genio.

El señor J. L. Espejo defiende que, desde el siglo XII, las familias Da Vinci (antes Vinçà) y los Da Melzi (antes, Melchor/Melcior), estuvieron unidos por proceder ambas de la comarca del Pallars, en el Pirineo de Lérida: "(...) El linaje de los Melció eran oriundos de la comarca del Pallars (Sur de los Pirineos), y llegado el momento de verse obligados a emigrar, aprovecharon que tenían familiares en Vaprrio D'Adda. Según la biografía que escribió Mario Pomilio, "Leonardo" (Barcelona 1969; pg. 85): La llegada de Leonardo a Milán, tuvo lugar tras la invasión francesa, cuando el año 1.482 tuvo oportunidad de visitar a los Melzi en su residencia de la villa Vaprio d'Adda, donde Leonardo pintó un mural". A lo largo de aquel año, Leonardo fue cuando viajó a Cataluña. El señor J. L. Espejo da detalles del periodo, incluyendo fotos en color. Me interesó la pica bautismal, por ser semejante a la de la monumental iglesia románica, adjunta al castillo de Cardona (comarca del Bages).

Leonardo Da Vinci fue muy amigo de la familia Melzi, residentes en un impresionante palacio, edificado en la orilla del rio Adda. Leonardo, buscó refugio en la alpina "Villa Melzi" durante diversos momentos de peligro, huyendo de las guerras en Lombardía. "Una rama familiar de los Melció, habrían emigrado desde el norte de Cataluña hasta Vinci, en la Toscana. Dos siglos más tarde, aparece un Juan Melcior, siendo secretario de Alfonso V de Aragón, conquistador de Nápoles".

La hipótesis, muy plausible, del señor J. L. Espejo, es que: "(...) dicha familia milanesa, amiga de Leonardo, sería, presuntamente, la que avaló a Da Vinci en su meteórica proyección laboral entre las más altas esferas de poder. Quizá ello hubiese sido el principal motivo para justificar, que Leonardo Da Vinci: "En su testamento dejó a micer Francesco da Melzi, caballero milanés (hijo de su amigo), todo el dinero, las ropas, los libros, los escritos, los dibujos, los instrumentos y los retratos, es decir, todo lo relacionado con la pintura, el arte y la industria que allí tenía, y lo nombró albacea de su voluntad".

La estrecha colaboración entre los Vinçà y los Melció, se acrecentó durante la defensa del castillo cátaro de Montsegur (1244), del cual ambos fueron nobles fautores. Posteriormente, después de la rendición, dichos nobles aún volvieron a guerrear juntos en la conquista de Valencia. En el pre-pirenaico pueblo de Vinçà del Conflent, hay semirelieves de "Vírgenes Crucificadas", usurpando la figura de Cristo en la cruz. El culto a María Magdalena (figura central de los gnósticos), vistas sus numerosas referencias existentes, estuvo muy arraigado en el vecino pueblo de Eus.

Antaño, debió de ser el centro neurálgico de su veneración, dada la simbólica iconografía esculpida en los templos de "San Juan Evangelista" y de "Santa María Magdalena". Existen muchas capillas dedicadas a dicha santa, en Perpinyà, en Serdinyà, en Lentillà, en Saorla, etc.. En la Edad Media, su culto lo compartieron los caballeros de la Orden del Temple. Una observación oportuna aquí, es el hecho de que evitó pintar cruces, tanto como pintar dientes, en las bocas de sus retratados.

FOTO: UNA INCOMPLETA FORMA DE ROSTRO

Al identificar al rey Fernando II, en el cuadro "La Gioconda" del Museo del Prado de Madrid, se aprecia mejor la gran diferencia con el mismo espacio en "La Gioconda" de París. Aunque las dos citadas pareidolias, sean las formas principales del dicho cuadro de Madrid, Da Vinci escondió otras, aunque incluso la mejor de ellas es "difícil" de ver, porque solo pintó la foto para distinguir la mitad de un rostro diferente, cerca del sector anular. En efecto, Leonardo solo pintó media cara, eliminó la parte superior. Lo que los trazos existentes reclaman, yo lo indico burdamente, mostrando el resultado a la derecha de la foto.

El arte de Leonardo, tanto con el carboncillo, como con los pinceles, siempre ofreció la esencia misma de la naturaleza;... pero no de modo natural, sino llenándola de abstracciones. Su forma mentis, y la asociación mental, quedaron reflejadas, gracias a su afición a dejar mensajes en clave jeroglífica. Debió estar muy seguro de que su descifrado sería fácil, para quien tuviese una mente abierta. Sin ánimo de ser exhaustivo, debo explicar que, en la base del mismo lado de "La Gioconda", tanto en la de París como en la de Madrid, se ha creído distinguir (ladeándola 90º), la cabeza de león, con una gran melena, que tal vez le sirviese de firma (León ardo). Un ejemplo: el apellido castellano Osorio, Leonardo lo habría dibujado como un oso en un río. Lo más extraño aquí, es que la supuesta roca pintada en un cuadro, se parece poco a la roca del otro; y, si se verticalizan, resultan ser perfiles de rostros diferentes

FOTOS: UNA ROCA DIFERENTE EN LA BASE DE LA IZQUIERDA

Leonardo se quiso informar bien acerca del glorioso -y hasta milagroso-, pasado de aquellos pináculos de Montserrat, que, gracias a su altura, fueron capaces, durante siglos, de minimizar la penetración de los árabes. En el mundo cristiano, nadie dudó de la real utilidad de la mole montserratina. Espero ser capaz de demostrar -por primera vez en quinientos años-, que Leonardo Da Vinci dejó muy patentes los peligros y vicisitudes del enclave más espectacular del mundo. Así lo constató el genial toscano, al pintar entre neblinas -con su sfumato-, el tenebroso fondo del paisaje de su cotizado cuadro "La Gioconda", donde la joven aparece entre melancólica y sonriente.

Para Leonardo Da Vinci, contemplar aquel tan insólito como extraordinario paisaje, le inspiró incluir el insuperable fondo, en cuantos cuadros le fuese posible. Más aún: Deseaba darle el mismo valor que tiene una "figura" en un tema. De ahí que, sus fondos, sean una parte muy fundamental: Exponen que Da Vinci, alguna vez vio "petrificados" sus sentimientos y creencias. Como buen altruista, él desearía traspasarlos, para hacer aflorar su magnetismo en otras personas.

Transcribo unas líneas de la interesante hipótesis del historiador, señor J. L. Espejo, haciendo notar que sus argumentos son muy numerosos (incluyendo antigua documentación), y muy ricos en detalles desconocidos. En síntesis, escribió: "Leonardo habría llegado al monasterio cuando se estaban haciendo obras de embellecimiento. Ello explicaría la estatua de Santa Cecilia (véase más abajo), y también la tabla del San Jerónimo, supuestamente pintada por Leonardo en Montserrat, hoy en los museos vaticanos de Roma. (...) Tal vez el mencionado peregrino realizó la estatua de Santa Cecilia (nótese sus iniciales encima del dibujo), y cuando preguntó por la biblioteca se interesó asimismo por el laboratorio alquímico del monasterio (... )".

FOTO: ZONA DE LA IGLESIA DE "SANTA CECILIA" DE MONTSERRAT

Es el nombre de una gran iglesia románica, con un claustro interior, que fue construida en el extremo de un rellano insólitamente espacioso, pues sorprende aquella planicie ubicada a media falda norte de la sierra de Montserrat. En mi libro "Megalitos Parlantes. Del Culto al Toro", revelo que justamente allí, antes habría sido derruido un muy importante monumento megalítico, hecho en el Periodo Neolítico. El supuesto trabajo para haber construido allí un gran dolmen, lo estimuló la exclusiva y sugerente visión zooomorfa, ofrecido por un importante grupo de altas peñas que configuran una gigantesca forma de toro. Aquel templo sustitutorio lo sigue teniendo justo enfrente. Solo parece tener "dos cuernos" si es observado desde allí. Hay días del año que se ve mejor su alargado cuerpo, porque, al estar separado del resto de la montaña, se resalta al iluminarlo el sol solsticial.

Los cristianos, para celebrar su victoria contra los sarraceno, justamente en quel alargado rellano, destruyeron un gran monumento dolménico, para construir una bella iglesia románica, que fue dirigida por los monjes de Ripoll (s.IX). Fue el principal centro de culto cristiano de Montserrat. Había muchas capillas diseminadas, entre las cuales, la dedicada a Santa María (s. IX), ubicada en otro alejado rellano, que pronto le quitó su protagonismo, también por abrirse al sur, de cara al mediodía. Voy a ocuparme de ese último templo, pues Santa Cecilia, al ser la patrona de la música no le fue indiferente. Tan solo se sabe que Leonardo esculpió su imagen, aunque quizá la pudo trabajar en otro lugar. Lo que está fuera de duda, es que siendo el un gran musico, al realizar la dicha talla aplicaria todo su indiscutible genio.

LAS "CUATRO DIFERENTES PARTES" DE SUS FONDOS

La figura en primer plano de "La Gioconda, emerge de la naturaleza del trasfondo, estando íntimamente ligada a ella. Los fondos, de cada lado, juegan un papel muy importante. Son peculiares formaciones rocosas, porque Leonardo Da Vinci estuvo fascinado por la geología, llenando muchas páginas de sus cuadernos con sus observaciones. La naturaleza la pintó en constante cambio, por lo que la montaña que se eleva en el fondo es alta, pero parece derrumbarse. Incluyó dos lagos, uno a cada lado de la cara, los cuales pintó a diferentes niveles, pues uno se inclina diferente del otro,... y lo hizo deliberadamente. Así nos presentó, con sus pinceles, el continuo e infinito ciclo del nacimiento y de la muerte. Las montañas y la flora, como la fauna, tienen sus ciclos, igual que las nubes y los ríos. Era una idea profundamente arraigada en Leonardo Da Vinci.

En realidad, el fondo de la panorámica se puede dividir en cuatro partes (2+2). Cada una de ellas, deben estudiarse como si pudiese ser dividida por otras dos; y ello debe hacerse así, porque los fondo de cada lado tienen muy diferente cercanía con la retratada. En principio, son dos diferentes horizontes, que contradicen lo que mi innovador biografiado escribió en su "Tratado de la Pintura":"Quien quiera juzgar el valor de una pintura, debe ver si el movimiento está de acuerdo con el espíritu del personaje; después, si el mayor o menor relieve de las partes de su obra se acomodan con las distancias".

En "La Gioconda", Da Vinci no cumplió su didáctica regla, pues la retratada tiene más próximo el fondo de la derecha, siendo más lejano el fondo del lado opuesto. Ello solo puede ser debido a que, Leonardo, al escribirlo, no había ni imaginado la existencia de una orografía tan extraordinaria, como lo es la montaña de Montserrat en toda su compacta extensión (10x5 km.).

La montaña detrás de "La Gioconda", es demasiado alta. El río, está demasiado lleno, y amenaza con desbordarse. Las dos superficies líquidas, a ambos lados de la cara, se han pintado, deliberadamente, con niveles imposibles. Podría dudarse incluso de que fuese agua, pues no son horizontales. Tanto es así, que uno parece inclinarse hacia el otro. La sensación de "cambio en la naturaleza", fue una idea que estuvo profundamente arraigada en Leonardo Da Vinci, pues, en su "Tratado de la Pintura", escribió: "El elemento principalísimo de una pintura, es el fondo". Con ese criterio pudo escribir: "Si el pintor quiere contemplar cosas que lo enamoren, es dueño de crearlas. (...) Y aún llega a tanto el dominio de su arte, sobre el espiritu humano, que lo tienta a enamorarse de pinturas que no representan a cualquier mujer real "("Aforismos"; 390 y 349).

Con tal premisa, es de toda lógica, que en los cuatro diferentes fondos de "La Gioconda", se deban buscar mensajes subliminales. El fondo tuvo, para Da Vinci, una importancia, comparable a otro personaje. Al analizar el de la derecha de "La Gioconda" de París, se destaca, por su claridad, la horizontalidad de un río (el puente queda más abajo, y adelantado). Por encima del río, Leonardo pintó, muy lejanos y alineados, varios picos sobre-plomados, con apariencia de ser más altos, y más delgados que los dedos de una mano. Son claramente las peculiares moles pétreas de la sierra de Montserrat.

Eran numerosos los peregrinos que llegaban hasta aquella montaña Santa de Cataluña. El autor Gregorio Argaiz, en su libro "La Perla de Cataluña", escribió: "Es de mucha importancia que en aquel santuario hayan confesores doctos y espirituales (...) que entiendan el toscano". Y la explicación está en que Florencia mantenía muchos agentes comerciales en Barcelona, así como otros contactos para el buen entendimiento con la Casa de Aragón, dado el gran porvenir que se auguraba en las tierras del "Nuevo mundo". En Florencia entonces se sufrían secuelas de la "Conspiración de los Pazzi", aunque lograron un acuerdo de alianza ventajoso con Pisa.

El señor J. L. Espejo no pudo encontrar documentos que citasen a Leonardo en la embajada cultural que Lorenzo "el Magnífico" envió a Barcelona, para que la "Corona de Aragón" lo apoyase. En una de sus hipótesis de trabajo, el señor J. L. Espejo sospechó que el embajador florentino en Barcelona acogió a un artista, delegado por La Signoria, que bien pudo haber sido Leonardo Da Vinci. Su objetivo, era fomentar alianzas para anexionarse algún reino, como sucedió con el de Nápoles.

MT. DE MONTSERRAT, UNA NATURALEZA EFERVESCENTE QUE LO CAUTIVÓ

Recordemos lo escrito por Da Vinci: "La placidez de una cara, oculta la existencia de fuerzas subterráneas invisibles; pasiones que se esconden entre la superficie y que son tan peligrosas e incontrolables como las fuerzas de la naturaleza salvaje". En todas las edades de la humanidad, aquella misma montaña dejó testimonios de haber sido depositaria dealgo inefebles, que puede ser sentida como en sintonía con algo del interior de todo ser humano,... y ello sin que se sea religioso. De la prehistoria profunda ya escribí la fuerte devoción por las formas que se imaginan ver en sus esbeltas peñas cónicas ( https//dolmen-del-culto-al-toro.webnode.es).

La figura de "La Gioconda" surge de un paisaje igualmente extraño y ambiguo. Al igual que la "no sonrisa" está desequilibrada, el paisaje también lo está. La montaña que se eleva en el fondo es demasiado alta, y los dos lagos a ambos lados de la cara se pintaron con nivel imposible; uno parece inclinarse hacia el otro. Esta sensación de "cambio en la naturaleza", estuvo muy profundamente arraigada en Leonardo.

No es un escenario imaginario, y tampoco es de la Toscana. De hecho, existen teorías que han dado ubicaciones, como la del historiador Magnani: "(...) Detrás de la "La Gioconda" está el puente Azzone Visconti, mientras que a su izquierda está el San Martino, en el perfil que se puede ver desde Calco". Hay tantos "cazadores de paisajes" de "La Gioconda", que todos tienen en común no conocer Montserrat, y no ha de extrañar, En la actualidad, su famosa santidad medieval, ni se la imaginan los escaladores y turistas que allí llegan, cómodamente sentados en un moderno tren-cremallera.

El investigador catalán, José Luís Espejo Font, que es también historiador, es mucho más convincente al identificar los diversos paisajes alrededor de la montaña de Montserrat. En la base de dicha montaña pintó el puente sobre el río Llobregat, con varios arcos, dándole un significado casi cósmico, el señor J. L. Espejo lo identificó con el del pueblo de Monistrol, todavía existente. Fue comenzado en 1.317, y cuando Leonardo conoció aquella zona, hacía décadas que ya estaba terminado. En Milán, pintar un puente, entonces era un elemento extraño. "Los paisajistas no los incluían en sus cuadros" (según escribió Frank Zöller: "Leonardo Da Vinci: The Complete Paintings"; Taschen, 2004, p.194).

FOTO: LOS PUENTES DE DETRÁS DE CADA "GIOCONDA

Cualquier puente, es un símbolo de comunicación. Una vía a la fuente del conocimiento, que es lo que, en la Edad Media, se creyó que residía en cada repliegue de las altas peñas de Montserrat. Toda persona está obligada, por ley natural, a razonar. Es nuestra razón de ser. Después, su honor dependerá de su empeño para conocerse a sí mismo, y a cuanto le rodea, para mejor congeniar con sus semejantes, a los cuales incluso deseará ayudar. Se trata, de no defraudar a la Humanidad, que desde antes de nacer, ya nos ofrece los descubrimientos de nuestros antepasados. Para los eremitas, el que la gente rechazase aprovechar tanto bien, era una tan imperdonable distracción, que ellos prefirieron no tener a ciertos individuos cerca.

Pero limitándonos al pensamiento científico (que ante todo es práctico) de Leonardo Da Vinci: "Siendo el alma la que moldea los cuerpos; es lógico pensar que: en las facciones del rostro (deformadas por la enfermedad, los nocivos alimentos, los malos hábitos, resentimiento o rabia), se nos muestra la quintaesencia de cada personalidad". Mediante alegorías y símbolos, Da Vinci a veces nos transporta a nuevos planos de existencia, tal como siempre utilizaron las mitologías de la Antigüedad al construir sus bases. Son ecuaciones que nos convierten en individuos muy influenciables, independientemente de que, los mensajes que difunden, sean verdad o no. Leonardo lo superó, al ser su actitud siempre honesta: "Tan excelente es la verdad, que si elogia las cosas más humildes, son exaltadas (...) Las mentiras no resuelven los problemas, solo los empeoran, así que los mentirosos vayan con cuidado".

SAN JERÓNIMO: EL PENITENTE MÁS VENERADO EN LA MT. DE MONTSERRAT

En tiempos de Leonardo, la montaña de Montserrat ya había demostrado su gran capacidad para atraer a gentes de todo el mundo conocido. Pienso en el conde de Lusignan (Vienne), el mayor castillo de Francia, que estuvo casado con el hada Melusina, posteriormente mitificada (en la novela de jean de Arras): "El conde de Lusignan, al enviudar, quiso ser un penitente de Montserrat hasta su muerte". Leonardo Da Vinci, quizá tan impresionado como cuantos allí decidieron hacer vida de anacoreta, decidió pintar el aspecto de esqueletos vivientes de los auto-suficientes ermitaños, para que, a través de sus cuadros, todo el mundo pudiese conocer el vigor de la fe concentrado, veladamente, en aquel sobrenatural paisaje.

Durante siglos se creyó que eran unas almas realmente dignas de ver a Dios. Aquella geografía a mucha gente le parecía sobrenatural, decidiendo acunar, para el resto de su vida, sus almas en sus repliegues. Leonardo incluyó subliminalmente sus rostros en sus retratos de "La Gioconda", disimulándolos, entre la inmensidad de arracimadas peñas de piedra pudinga. Utilizando la mágica técnica de su invento, el "sfumato", los escondió, a modo de pareidolias. Son perfiles de rostros, los cuales tan solo podrán ver quienes se lo propongan: mirando más allá del difuminado fondo de sus panorámicas montañosas.

Como genial artista que era, la reacción de Da Vinci debió de ser querer pintarlo todo, mezclándolo con las ideas que tenía en mente, para que, veladamente, todos pudiesen admirar aquel paisaje, digno de dioses, a través de sus cuadros. En Montserrat mi biografiado se encontró frente a frente con un fenómeno capaz de conducir a ciertas personas a las más elevadas cotas de honestidad y grandeza. Al conocer personalmente a dichos héroes del espiritu humano, el genial toscano quiso recordarlos rindiéndoles su más sincero homenaje.

La inspiración del sentimiento es la más noble que un artista puede seguir. Así pintó su "San Jerónimo", que buscaba afanosamente la divinidad a través de la religión y el martirio corporal, motivo por el cual en su mano derecha sostiene una piedra que parece querer lanzar, pues tiene el brazo completamente extendido. Este elemento en otras versiones era un látigo, con el que era habitual que los penitentes se fustigaban.

En cuanto a los enclaustrados dentro del monasterio, a Leonardo le recibieron monjes éticos que buscaban el bien, y el genial toscano estuvo en sintonía con ambos grupos. Como sincero artista, mi biografiado buscaba la belleza, para poder disfrutarla compartiéndola con los demás, para lo cual la adornó con valores complementarios. Llegó al extremo de modificar cuantos cuadros pudo, a fin de incluir sus últimas vivencias.

"SAN JERÓNIMO", PENITENTE PATRÓN DE MONTSERRAT, CON CUEVA Y ERMITA

En la llamada Sierra de Montserrat Leonardo empezó a dibujar su "San Jerónimo" en 1.480, al ser un tema de moda recordar al más sabio y elocuente Padre de la Iglesia, que tradujo la Biblia al latín Vulgata. Leonardo lo presenta muy harapiento, medio arrodillado y rezando muy devotamente, mientras está mirando un crucifijo. Desde su cueva, el ermitaño puede ver, mirando a través de un agujero en la roca, un gran monasterio ubicado apoca distancia, y en un nivel inferior, dentro de la misma montaña. El dicho dibujo a los italianos les hace identificarla como Santa Maria Novella, terminada en 1.478. Pero los religiosos tenían un esquema, y todos lo aprovechaban.

Viendo la verticalidad de las peñas que tiene detrás, solo puede ser el monasterio de Santa María de Montserrat, varias veces destruido. Se puede confirmar, gracias a la muy importante grieta geológica natural, la cual incluye cientos de peldaños desde detrás del edificio religioso, excavados para acceder a un desaparecido castillo. En cuanto a la panorámica principal del cuadro, es visible a través de la entrada de su cueva, pues se abre a la espalda del Santo, mostrando, en el fondo lejano, una cresta de varios picos, como la sierra de un carpintero, de la cual la montaña tomo su nombre.

Otra copia de su "San Jerónimo" que tiene una mayor luminosidad. Se encuentra en el principal museo londinense, teniendo la peculiaridad de que el Santo lleva un círculo amarillo sobre su cabeza, a modo de aureola de santidad. Leonardo dibujó al mismo calvo penitente esquelético, dando evidentes muestras de un arrobamiento espiritual. Los músculos de sus hombros revelan, gracias a la obstinación de Da Vinci por detallar su anatomía, que es un hombre muy demacrado. Leonardo representó con increíble detalle su cuello, resaltando sus tensos tendones. Yaciendo al lado del Santo, incluyó un león, supuestamente domado por él. Su cola forma un círculo casi incompleto, al ser una alegoría de la naturaleza domesticada. Su "San Jerónimo" sostiene un libro en su mano izquierda, que debe ser la Biblia, ya que tantos esfuerzos hizo para traducirla fielmente.

FOTO: EL ESQUELÉTICO "SAN JERÓNIMO"

Se bautizó con el nombre de San Jerónimo el pico más elevado (1.237m.) de la montaña de Montserrat, porque tiene un aspecto inconfundible, y no podría ser de ningún otro sitio. Es una panorámica que, en efecto, puede producir el fenómeno de la pareidolia. Leonardo pintó la supuesta cueva del Santo, abierta en un paisaje montañoso, aunque en la actualidad, su transformada imagen está esculturalmente reproducida dentro de una cueva, y los peregrinos pueden ver su escultura entre rejas, cerca del gran monasterio,... aunque se transformó en un penitente medieval llamado Fray Garí.

Aquel camino lleva al Alto Montserrat, siendo muy emblemático por las tres grandes moles llamadas: "Gorra Marinera", La Magdalena" (inferior, superior, ermita y balma). La tercera mole -la de su derecha-, tiene por nombre "Gorro Frigio". La única de las tres moles que hasta el siglo XX, tuvo una cueva, fue la de San Jaime, visible desde el monasterio. Por la perspectiva que Leonardo Da Vinci incluyó en de su dibujo de "San Jerónimo", pudo haberla visitadado.

Al presentar sus insólitos paisajes, para que provocasen el fenómeno llamado pareidolia, supo que los rostros que incorporó costarían de ser identificados, con la sola excepción de la mayor de todas, el "Musulman con Turbante". Pero Leonardo no pintó un paisaje imaginario en el fondo de "La Gioconda". Tampoco era un paisaje de la Toscana, a pesar de que se han apuntado como posible destino de las ausencias de Leonardo. Según el historiador Magnani: "(...) Leonardo estaba fascinado por las montañas de Lecco, y las menciona en el "Codex Atlanticus": Las piedras más grandes descubiertas en estos países son El montello di Mandello, visine a la "montagne de leche y gravidona" ("montaña de leche materna"), un nombre muy sugerente.

Pero, frente a tales lucubraciones, la montaña de Montserrat tiene argumentos -de todo tipo- para haber sido la que aguijoneó, verdaderamente, el espíritu de Leonardo. Las experiencias anteriores debieron de servirle solo como "preparación"; sin olvidar que, en 1.499, se dice que Leonardo Da Vinci, a sus cuarenta y siete años, subió al Mont Blanc (hasta media falda, supongo). Asimismo, parece ser que tuvo la osadía de aventurarse a hacer el viaje más largo de su vida, a finales del año 1.516, y además el más peligroso pues le exigió atravesar el frio ambiente de las tierras cerca de los montes Apeninos.

Leonardo Da Vinci, según el señor J. L. Espejo: (...) En su "San Jeronimo" hizo un collage, con distintas zonas de Montserrat: Cavall Bernat, el Monasterio, la Cadireta, etc. Leonardo sí hacía "collages". Un típico ejemplo (de que hizo colages), es el paisaje donde, en un solo dibujo, recogió: Vinci, Fucceccio, Empoli i Montesummano (1.472). En Montserrat todavía existía, en 1.776, un relieve de "San Jerónimo", esculpido en piedra por Pau Serra, que lo había copiado de la obra de Leonardo Da Vinci. Decoraba el atrio del convento benedictino, esculpido antes de que fuese botín de los soldados de Napoleón, cuando, en 1811, se lo llevaron roto en dos pedazos.

Posteriormente el penitente Jerónimo, se transformó en "Fra Garí", un eremita peludo como una bestia, quien, después de haber cometido un asesinato, se refugió en la selvática orografía de la montaña, hasta ser perdonado. Fray Garí, expresa un penitente como el "San Jerónimo" de Leonardo, pero adaptado a los acontecimientos históricos de la Reconquista de Cataluña.

La historia posterior del cuadro "San Jerónimo, es muy ilustrativa. Según Espejo: Sería robado por las tropas del mariscal Suchet, en 1.812, y habría sido regalado a Joseph Fesch, tío de Napoleón. Cuando éste murió, su familia lo vendió a la Pinacoteca Vaticana.

Un relieve del escultor catalán Pau Serra, realizado en 1.755, es muy parecido al "San Jerónimo" de Leonardo, lo que probaría que el citado cuadro estaría en el monasterio de Montserrat por esos años (...). Solo para verlo, ya habría motivos para que Leonardo regresase a Montserrat; pero la propia montaña le atraería, por mucho que pensemos que: ya la llevaría siempre más en su corazón.

LEONARDO DA VINCI, FUE REGISTRADO COMO UN: "FALSO PEREGRINO"

Transcribo del señor J. L. Espejo: "En tiempos de Leonardo, un falso peregrino (supuestamente mi biografiado), fue aceptado por la comunidad, a instancias de Llorenç Marull (quizás por indicación de Giuliano della Rovere, italiano como Leonardo). Tal vez nunca obtendremos la "prueba definitiva" de su estancia en el monasterio, puesto que algunas personas de Montserrat (Benet Ribas, archivero) y de la Corte de Madrid (Francisco de Zamora), se han preocupado de hacerla desaparecer. Se trató de la "desaparición de pruebas" inoportunas. Posiblemente, la presencia en el monasterio de un fingido peregrino ("fingit peregrí"), en realidad se refiriron a un espía, o quizás un hereje, de origen italiano (que muy bien podría ser Leonardo da Vinci)(...) Estamos hablando de hacia los años 1.481-1.483".

El señor J. L. Espejo, después de su exhaustiva investigación sobre el texto procedente de la Biblioteca del Palacio Real de Madrid (escrito en algún momento del año 1.789), transcribió:"Se explica que un familiar, un tal canónigo Pasqual de las Ave[llanes, supongo], explicó a quien escribe la carta (Joan Boada) que había leído un librito escrito por un "fingido peregrino". Este concepto deja entrever que se trataba en realidad de un espía. Este espía era italiano y fue a Montserrat. Una vez allí insistió en ver la biblioteca. A pesar de algunas dificultades, le abrieron la biblioteca y comprobó que ésta estaba en muy mal estado (...) El falso peregrino fue informado por el Sr. Rull (Marull), hombre ilustrísimo (de hecho, vicario del abad, máxima autoridad en el monasterio), del elemental modus vivendi que ya tenían en aquel tiempo, y que a pesar de alguna dificultad, el peregrino fue admitido en la Comunidad de Montserrat, gracias a la presión de Rull, llamado "ilustrísimo" (...) el tal Sr. Rull (Llorenç Marull) era una persona importante en el monasterio (vicario del abad comanditario). Sólo un abad (o prior), o como en este caso, un vicario del abad comanditario (Giuliano della Rovere, que se encontraba en Aviñón), puede autorizar la estancia de dicho forastero dentro de la "comunitat" de monjes. Y entre los priores y abades del monasterio, al menos hasta el año 1.789 (en que se escribe la carta), ninguno se llama Rull. Sólo Llorenç Marull, puede ser el "ilustrísimo" que autorizó la estancia del italiano en Montserrat".

Para corroborarlo, el señor J. L. Espejo, también transcribió, de Gregorio de Argaiz ("La Perla de Cataluña"; Ed. Madrid-1677; de referencia para estudiar la historia de Montserrat.), lo siguiente acerca de Llorenç Marull: "[Giuliano della Rovere, abad comanditario de Montserrat entre 1.471 y 1.483] puso a lo que entiendo desde sus principios, por Vicario General, al Reverendo Padre Lorenço Marull, Abad de Santa Cecília, que atendía a todo el gobierno espiritual, y temporal, de los Monges, y de la hazienda del Monasterio, y de todos los Prioratos. Este le avisava de todo [a Giulio della Rovere], y representando la necesidad que tenia el convento, de hacer algunas obras particulares; luego mandava se pusiesse en ejecución. Reconocese por suya la de los claustros, que están delante de la puerta de la Iglesia vieja, ansi los altos, como los baxos, que todos son de piedra labrada, y son de quatro paños cada vno, con diferentes columnas. Esto lo dizen los escudos, que están en cada pilar, con las armas del Cardenal Iuliano [della Rovere], que es vn robre, acompañándole dos Ángeles, y luego las armas de Monserrate, que son el Monte y la Sierra (... )".

FOTO: "PEÑAS DE STA. MAGDALENA", EN MONTSERRAT

LA MONTAÑA DE MONTSERRAT: UN "PAISAJE VITAL"

Para el autor J. L. Espejo, y para mí, las semejanzas de los bocetos de Leonardo, con la "Santa Montaña", son un argumento más para confirmar que Leonardo Da Vinci visitó aquella montaña. En sus fotografías, se comparan los erosionados picos de Montserrat, los cuales esbozó Leonardo con trazo rápido y vigoroso. En sus famosos cuadernos del "Codex Atlanticus" hay dibujos de altos picos rocosos muy detallados, los cuales el señor J. L. Espejo identificó con aquellos que aparecen justo enfrente del monasterio Montserrat. Probablemente, fuesen el origen de las cuatro franjas verticales de la bandera de Cataluña; pero, en realidad, el del medio es más alto que los demás.

El Mt. Montserrat central tiene varios enclaves, llamados La Magdalena (Alta, y Mediana, cueva, y ermita para su veneración). El nombre de la Santa, fue lo que le acabó de enamorar a Leonardo, cuando ya se había rendido completamente a la increíble grandeza y belleza del paisaje natural más representativo de Cataluña. La tradición esotérica asoció, con buenos argumentos, la tradición del "Santo Grial" medieval, con la ancestral diosa "dadora de vida", venerada milenios antes que las divinidades masculinas. En una inevitable mezcla con la tradición bíblica, la ancestral diosa se identificó con María Magdalena, de la cual se decía que estaba embarazada (Sang Reial, del catalán vernáculo, se transformó en Sangreal y después en la Peninsula fue el Santo Grial).

MARÍA MAGDALENA: LA "DISCÍPULA / NOVIA / ESPOSA" DE JESÚS

Las interpretaciones de la vida de Jesús son numerosas, empezando por reconocer que los primeros cristianos no tenían unidad, ni reglas, ni símbolos. Es obvio que existiesen contradicciones, incluso en los "Cuatro Evangelios Canónicos" autorizados (de agnósticos hay treinta y cinco). Pero sucede, que hubo cristianos que no creyeron que Cristo hubiese muerto en la cruz. Su propio hermano gemelo, Tomás-Dídimo, necesitó introducir su dedo en la herida de lanza de Longinos. Los muy fanáticos esenios, que escribieron los "Manuscritos del Mar Muerto", tuvieron una "fuente secreta" de las enseñanzas de Cristo. Es decir, hubo dos vías; una de ellas exclusivamente para los iniciados. Nos llegaron a través de los "sanjuanistas", que tenían al Precursor como Mesías. Leonardo, influido por las corrientes gnósticas, incluso los representó mediante la letra "Y", del mismo modo que la letra "M" (o "MM"), hacía referencia a María Magdalena.

Antes que en Italia, aquella herejía se había expandido en la llamada Cataluña Norte (hoy Languedoc francés). El primer precedente lo registró el obispo Félix de Urgel. En realidad mucho antes -siglo IV-, en la Península Ibérica lo había predicado el obispo Prisciliano. La religión dualista de los esenios, la recogieron los bogomiles en el siglo X (cátaros de Bosnia), y los borgoñeses del País Galo en el siglo XI. Posteriormente sería adoptado, aunque mitigada, por los Templarios y Rosacruces. Triunfó el cristianismo de raíz "Paulina", pero la información sobre los Evangelios Agnósticos ya se había divulgado, desde muchos años antes de descubrirse -durante el siglo XX- varios nuevos evangelios apócrifos, como el "Evangelio de san Felipe", un papiro escrito en copto (hallado en 2.003), donde consta que a María Magdalena: Jesús le besaba la boca. Lo confirmaron, los escritos de "Nag Hammadi" (el más importante, hallado en 1.945); el "Documento "Q", que habla de una relación espiritual; el "Evangelio de Judas"; etc., todos ellos aportando un nuevo enfoque a la persona de Jesús.

Aquellas creencias gnóstico-dualistas, que dignificaban "lo femenino", hizo que, contra los convencionalismos, surgiese una tradición alternativa para igualar los sexos, tal como hicieron los cátaros; ya que tanto podían ser "Puros", las mujeres como los hombres. Un criterio que se representó en María Magdalena, "compañera / novia / esposa" de Jesús. Sin duda que María Magdalena fue el principal discípulo y apóstol de Jesucristo. Ella, alentó a los demás cuando estaban desfallecidos tras la Crucifixión,...donde ella estuvo presente. También fue ella, de entre todos los apóstoles, la única a la que Jesús habló cuando se le apareció resucitado ante el sepulcro. Ella fue la "Apóstol" de los apóstoles, según decretó finalmente el propio Papa de Roma.

A pesar de todo, a María Magdalena se la sigue marginando antigua prostituta, en la literatura y las superproducciones cinematográficas sobre la vida de Jesús, o la vida de san Pedro (salvo específicas excepciones). En los estudios biográficos que le han dedicado, no se puede ignorar que, en numerosas pinturas alto-medievales, santa María Magdalena aparece visiblemente embarazada, arrodillada a los pies de Cristo crucificado en el Gólgota. Actualmente es la patrona de los pintores y los farmacéuticos, porque, desde que bañó los pies de Jesús, con sus lágrimas, representó a la ciencia alquímica de la Edad Media.

FOTO: CENTRAL "MARÍA MAGDALENA" DE LEONARDO DA VINCI

LA YACENTE "MAGDALENA LEGGENTE" DESCUBIERTA EN BARCELONA

Leonardo Da Vinci, pintó la "Magdalena Leggente" dos veces tumbada; otras dos la pintó desnuda y de frente. María Magadalena está leyendo un libro, que, de no ser el "Apocalipsis" de San Juan, podría ser su propio "Evangelio"; o el del propio Jesús (que también existe). Dicho libro está abierto, y en el suelo, junto a una calavera, que no puede ser otra que la de Jesucristo. Son dos detalles comprometedores en grado sumo: Por poner en entredicho la divinidad del Resucitado, así como por divulgar que la Santa María Magdalena había escrito su propia versión, como está demostrado que alguien lo escribió por ella. La más conocida pintura dedicada a la mal llamada "Penitente Arrepentida", la realizó Carrogio en 1.522, la cual se guardó en Dresde, hasta que desapareció durante la Segunda Guerra Mundial.

Otra "Magdalena Leggente" de Leonardo, habría estado enterrada en el convento de Sant Úrsula de Florencia, siendo dada a conocer por Carlo Pedretti, director del Centro Armand Amer, de Los Ángeles (California). La que se descubrió en Barcelona, adopta la misma postura que todas las "Magdalena Leggente": Viste falda larga, yaciendo estirada boca abajo, aunque sus senos están ostensiblemente descubiertOs. Existe un bajorrelieve esculpido de la Magdalena Leggente, en la localidad de L´Ollería, en el Vall D'Albaida (Valencia). Fue presentada en estado de avanzada gestación por Jacoppo Fiorentino (+1.526); un conocido de Leonardo. Se realizó después del año 1.522 (antes de que Correggio pintara el tan famoso tema), lo cual, cronológicamente, sitúa la "Magdalena Leggente de L'Olleira", en un tercer lugar del original tema, después de la "Magdalena de la Sainte Baume", de Van Haren; y de la "Magdalena Leggente", de Leonardo.

Para mejor identificación, el bello rostro de la Magdalena se encuadra con los muchos que caracterizan los demás pintados por Leonardo,...y tampoco tiene cejas. Es más, la flora coincide con la que pintó en su cuadro "Baco". La veneración de Da Vinci por María Magdalena, no puede extrañar, sabiendo que está representada, muy bellamente, en una talla policromada en la pica bautismal de la iglesia de Santa Croce, Da Vinci, población donde Leonardo fue bautizado. Pero eso nunca justificaría su viaje hasta el Sur de Francia. El secreto está en que la consideró un "Templo viviente" de la Naturaleza; e igualmente capaz de reproducirse. Leonardo había recibido información de una muy especial geografía, en Cataluña, donde María Magdalena era muy venerada, junto con el también eremita san Jerónimo. Cada uno tenía su propia cueva en la "Montaña Milagro", relativamente cerca de Barcelona.

Leonardo DaVinci, en su primer viaje a la montaña de Montserrat, presuntamente, habría hecho amistad con un miembro de la familia Olivella, con fama de expertos metalúrgicos, al cual el genial florentino le contaría su interés por pintura gótica del monasterio de Santa María de Montserrat, siendo debidamente informado. Con la ayuda de algún miembro de los Olivella (Solivella, en catalán antiguo), Leonardo practicó, la nueva técnica pintando, al fuego, su "Magdalena Leggente", descubierta en Barcelona. La pintura lleva una inscripción, con el mismo tipo de letras que Leonardo escribió en el mapa de Val de Chiana (confeccionado para Cesar Borgia en 1.502).

J. L. Espejo, que en sus varios libros (y páginas web, gratuitas) aporta imágenes de todo cuanto defiende, escribió que: "(...) la "Magdalena Leggente" de Barcelona, pudo ser una obra de Leonardo, de cuando aprendió dicha técnica de endurecer la pintura con fuego". Es de suponer que, cuando la dominó, la obra finalizada fuese un regalo de gratitud de Leonardo Da Vinci para sus amigos forjadores. Tener la mano derecha paralizada a un zurdo no le impidió nunca pintar.

Es bien conocida la veneración de los cátaros por María Magdalena: Si dividimos el día (22) por el mes (julio, es decir, el 7), obtenemos el número 3,1416. Éste representa el número "Pi", el cual sería la vía para resolver la "cuadratura del círculo" (propósito de Leonardo a lo largo de su vida). Así pues, si Da Vinci tuvo que escoger un santo para practicar en su nuevo aprendizaje, no le costó decidir el tema. Porque dicha María Magdalena, pintada sobre un soporte metálico, realmente existe. Explicó J. L. Espejo que, después de haber sido entrevistado en "la Vanguardia Digital", en 2.009 contactó con él una persona que, por lo que había comentado: "Sospechaba que en su casa podría tener, sin haberlo sabido antes, el extraviado cuadro de Leonardo titulado Magdalena Leggente".

Es una representación extraña en Italia, pero no en el Sur de Francia y España. La peculiaridad de la obra hallada en Barcelona, está en ser una pintura al óleo, sobre una pequeña lámina rectangular de cobre (12,5 cm.). Es un trabajo vitrificado, en el cual dominan los colores claros, incluyendo un bello azul ultramar, obtenido a través del lapislázuli. Escribió Leonardo en sus "Aforismos" (nº428): "La escultura, cuando se ejecuta sobre una lámina de cobre gruesa, recubierta de esmalte blanco, empleando colores también de esmalte, y exponiéndolo todo al fuego (...) dicha pintura aventaja a la escultura en duración. (...) tiene análoga resistencia".

FOTO: ESCRITAS: "S" Y "L-V" EN UNA CALAVERA"

El minucioso análisis efectuado por J. L. Espejo, permitió descubrir símbolos pintados en el árbol cercano, así como por el paisaje del fondo del cuadro metálico. Pero lo sobresaliente, son las letras "JesuX" en miniatura, escritas encima de la mandíbula de la calavera -junto a la Magdalena-, ya que parecen insinuar que Jesucristo: Fue solo un mortal "cercano a Dios", tal como creyeron los cátaros. Otras letras descubiertas: VEO AVES, son analizadas por Espejo en su libro "Los Mensajes Ocultos..." (p.242-243), por tener la misma grafía que Leonardo utilizó en sus mapas que dibujó para Cesar Borgia, así como una "S" en el agujero del ojo.

Curiosamente, aparecieron más signos en la roca rectangular del fondo: 3M (como en "La Gioconda" de Madrid), quizá refiriéndose a las "Tres Marías" bíblicas, que evocan la "Divina Relación" de la Magdalena, al ser cuando se celebra su aniversario. Además, en el paisaje celeste de la "Magdalena Leggente", hay escrito el número 76, y un triángulo que podrían relacionarse (a través de los números Pi y Fi) con las medidas de la gran pirámide de Giza. Espejo también descubrió: Tres números: 3, 6 y 8, en distribución triangular. Multiplicados los dichos números, dan la posición 12 de Fibonacci; o sea, 144 (12 x 12), quizá evocar "dos docenas" (siempre aflora el dualismo)".

Leonardo repitió las letras "LdV", en miniatura, descubiertas en la pupila de "La Gioconda", en la vitrificada "Magdalena Leggente" de Barcelona, siendo posteriormente borradas. En cuanto a la minúscula letra "d", con un trazo horizontal a su izquierda, el historiador J. L. Espejo lo asoció a la letra "d", escrita en el dibujo de "Santa Cecilia", una imagen venerada en la iglesia románica, a media falda de Montserrat.

Según opinó J. L. Espejo: "(...) Nótese especialmente la "d", con un trazo en banderola a su izquierda, como sucede con la "d" en la leyenda del dibujo de Santa Cecilia.(...) la semejanza certifica que las escribió la misma persona que lo dibujó. (...) Estos hechos habrían tenido lugar hacia el 1.482, lo cual sitúa cronológicamente el relato. En estas fechas, un falso peregrino, supuestamente Leo, fue aceptado por la comunidad, a instancias de Llorenç Marull (quizás por indicación de Giuliano della Rovere, italiano como Leonardo). (...) Tal vez, el mencionado peregrino realizó la estatua de Santa Cecilia (nótese sus iniciales encima del dibujo), y cuando preguntó por la biblioteca se interesó asimismo por el laboratorio alquímico del monasterio. Lo que parece claro, es que nunca obtendremos la "prueba definitiva" de su estancia (de Leonardo Da Vinci) en el monasterio, a la vista de que algunas personas de Montserrat (Benet Ribas, archivero) y de la Corte de Madrid (Francisco de Zamora), se han preocupado de hacerla desaparecer".

Lo transcrito, está en relación con la probable presencia de Leonardo en Cataluña, posiblemente durante un año, cuando actuaría como espía; a lo cual me referiré más adelante. En lo referente a Don Francisco de Zamora, al ser funcionario de la Corte del Fernando "el Católico", fue quien tuvo la iniciativa de hacer pintar de negro el fondo del cuadro de "La Gioconda" de Madrid, precisamente porque el rostro del dicho rey quedó perfectamente dibujado en el fondo del cuadro.

BARCELONA, Y MONTSERRAT, ATRAÍAN A GRANDES PERSONALIDADES

Después del exterminio de los cátaros, acusados de herejes, hubo un intenso flujo de personas occitanas emigrantes, las cuales tuvieron mucha influencia en el sur de los Pirineos. Huelga decir, que entre ellas también había grandes celebridades. El renombre de Cataluña lo avala el hecho que, el muy erudito de gran talla, el rey de Provenza René "el Bueno" (1.409-1.480), duque de Anjou y Lorena, descubridor de la tumba de santa María Magdalena, dio a la montaña de Montserrat una gran trascendencia, presentándola como una geografía esotérica, de la cual él fue el mayor de los iniciados.

Al ser rey de Nápoles y de Sicilia, estuvo muy conectado con las más selectas élites italianas, en la segunda mitad del siglo XV, siendo elegido por el gobierno de la Generalitat de Cataluña: "Rey de Cataluña". Me estoy refiriendo al periodo histórico en que vivió Da Vinci. En Cataluña se acababa de salir de una guerra civil (1.466-1.472), que terminó con la "Capitulación de Pedralbes", tras la victoria del nuevo rey Juan II, padre de Fernando II, "el Católico". Éste residió en Barcelona en 1.500, siendo la cabeza del nuevo Estado Español (para ser una nación, aún faltaba mucho).

Durante la Edad Media, Barcelona había sido el meollo de la cultura herética occidental. Posteriormente, ya en vida de Leonardo, Barcelona también tenía renombre por acumular los conocimientos esotéricos de muy influyentes sabios judíos. Toda Europa estaba ansiosa para ponerse al corriente de sus cábalas, y de tantos símbolos que, "descafeinados", pasaron a Occitania y al resto de Europa, vía Cataluña. Fue una zona fronteriza, pero de efectivo de intercambio ente la cultura árabe y otras comunidades de cada lado de los Pirineos, y sobre todo, con los comerciantes italianos. Ejemplos cumbres de dicha "correa de transmisión", fueron Ramón Llull, Arnau de Vilanova, etc., cuyo saber fue integrado al conocimiento "científico" tradicional. El renombre que tuvieron los Da Vinci de Barcelona, está avalado por ser Giovanni Da Vinci (+1.406, en Barcelona), hermano del bisabuelo de Leonardo. Un pariente, que dominó todas las dichas conexiones cin Italia, al ser notario de profesión, como la mayor parte de los hombres de su familia. J. L. Espejo explicó así, el contexto de las relaciones intenacionales: "En tiempos de Fernando el Católico, Cataluña se llenó de intelectuales italianos. Entre ellos: Antonio y Alejandro Geraldino, Pedro Martir d'Angleria, o Lucio Marineo Siculo. Pere de Cardona los atrae desde la corte pontificia (catalana y valenciana) de los Borgia. (...) Antonio Geraldino, embajador de Florencia en Barcelona, era un Geraldini, familia muy cercana a Leonardo, pues no en vano la célebre "Mona Lisa" de la que habla Vasari se llamaba Lisa Gherardini del Giocondo (la Gioconda)".

Conocemos la ciudad de Barcelona que Leonardo debió ver, gracias a la magnífica investigación de José Luis Espejo. En sus diversos libros explicó los viajes de Leonardo Da Vinci, aportando pruebas sorprendentes y datos abrumadores. La afluencia de italianos a Montserrat era muy numerosa, habiendo sido muy recordado que, unos tres siglos antes de Leonardo, san Francisco de Asís, también peregrinó a Montserrat. Era otro simpatizante de las austeras ideas de los cátaros. Él fue quien, extremando el simbolismo de un paisaje con resonancias místicas, sería el primero que, con sus propias manos, confeccionó el primer "Pesebre de Navidad" en Italia,... luego tan expandido.

"LA ÚLTIMA CENA" DE MILÁN

La "Última Cena" presenta a Jesús con los doce apóstoles, alineados en una larga mesa preparada en el cenáculo para el ágape eucarístico. La escena reproduce la reacción de los discípulos, justo cuando escucharon profetizar a JesúsLos bocetos de Leonardo utilizados para pintar su "Última Cena" se remontan al año 1.480. Hay tres de los personajes sentados en aquella mesa que claramente están de tertulia como si estuviesen merendando en plena campiña. Incluso hay un salero derramado por Judas. También los dos caballetes que soportan la mesa están de acuerdo con el ambiente descrito. Es un tema religioso, pero contiene sentido escatológico, esotérico... y hasta astrológico, pues, a pesar de pintar solo la mitad superior de la mesa, se le ha descubierto relación con el zodíaco.

El cuadro del genio toscano, que en Italia se llama "Il Cenacolo", es una gran pintura mural (460 x 88 cm.), ejecutada con la técnica "temple y óleo, sobre yeso" (1.495 1.498). En Milán Leonardo da Vinci comenzó su "Última Cena", siendo una de las obras de arte más influyentes, y famosas, de la historia de la pintura. Se encuentra todavía en la misma pared, sobre la que se pintó originalmente; en el refectorio del convento dominico de Santa Maria delle Grazie, en Milán (Italia). Leonardo tenía cuarenta y tres años cuando, en 1.495, comenzó a pintar esbozos de la "Última Cena".

Como ya explique en la Primera Parte, se la encargó Ludovico "el Moro", para ser destinada a capilla privada de la familia Sforza, donde fue enterrada su esposa. Es un gran fresco deteriorado que, a pesar de su estado, fue reconocido Patrimonio de la Humanidad. Después de haberse desprendido de la pared, de su ubicación original, el lienzo de la "Última Cena" de Leonardo da Vinci que ahora se expone en el Louvre, en gran parte, es una reproducción del fresco fallido. Tuvo que ser muy restaurada, pero aún se encuentra en la pared -donde se pintó originariamente- del convento dominico de Santa Maria delle Grazie.

Referente a la "Última Cena", escribió Roberto Paoli Ciardi una perspicaz observación: "Leonardo da Vinci debió de experimentar previamente en su propia persona las pasiones de los apóstoles en la "Última Cena" (...). Que Leonardo amaba los placeres de la vida es algo que queda demostrado en una nota suya acerca de una cortesana (léase prostituta) llamada La Cremona, (...) que había dejado en él la marca de la flaqueza humana". Debió de referirse a la mujer Milánesa que alquiló para ser modelo de una serie de cuadros sobre "Ledda" entre 1.508 y 1.509. Parece obvio que sin una experiencia sexual con ella, el genial artista no habría podido tener un completo conocimiento del desencadenante de cada vida, con las flaquezas humanas que ello conlleva.

El mercader florentino Antonio Billi, dedicó un capítulo de su libro a mi muy honorable biografiado: "Fue universal en muchas cosas, tales como en edificios, las aguas y la perspectiva. Como se ha dicho, en el dibujo aventajó a todos y nunca aquietó su ánimo, porque su ingenio no dejaba de fabricar cosas nuevas (...) en Milán pintó un cenáculo milagroso". Esto refiriéndose al dicho fresco de cuando Jesús instituyó la Eucaristía (pero sin cáliz). La explicación de que, en lugar de cordero, en los platos hubiese pescado, quizá podría ser justificado al saber que Jesús celebró tres cenas la tarde-noche de aquel jueves: La normal (con pescado); la del Cordero Pascual; y la cena mística, cuando: Jesús instituyó la Eucaristía rodeado de los sus discípulos a los que amó hasta el final (Juan 13, 1).

SANTA MARIA MAGDALENA, ES LA CO-PROTAGONISTA DEL ÁGAPE

Santa María Magdalena, en la dicha escena bíblica, ocupa el lugar del joven san Juan Evangelista. Solo la pareja central llevan aureola, lo que indica una relación muy especial entre ellos. Hay que tener en cuenta que los librepensadores, que sobrevivieron al exterminio cátaro, siguieron dejando símbolos ocultos de la posibilidad de que Jesús y la Magdalena mantuviesen relaciones íntimas. Es algo que significa la existencia de una espiritualidad alternativa, la cual, la Iglesia que dirigió san Pedro (petrina), todavía hoy no es capaz de admitir. Leonardo da Vinci necesitó una precaución extraordinaria, por lo que sus notas las escribió al revés (contra-dirección).

El apóstol Tomás, de pie, levanta su mano, haciendo el gesto de "señalar lo invisible" (también llamado "gesto del predicador"); y no fue solo para identificarse como san Juan "el Precursor", sino también -al mismo tiempo- como el imberbe san Juan Evangelista. Leonardo Da Vinci siempre jugó con la idea, hermafrodita, de conjugar el hombre y la mujer en una sola persona, así pues, el tradicional asiento de san Juan "el Evangelista" en la mesa, en el cuadro lo ocupa María Magdalena. Pero es que, en la "Última Cena" fue mucho más allá, al sentar a su lado a su embarazada esposa, con su simiente. María Magdalena aparece mucho más alejada de Jesús, que cualquier otro comensal, respecto al que tiene sentado al lado.

Leonardo da Vinci quiso mostrar "cuatro grupos de tres", pero también dos grupos a cada lado del Maestro. Con ello resolvió, magistralmente, el gran problema de la composición. Siempre se le podrá censurar que resaltase a santo Tomás erguido, porque en su Evangelio apócrifo, el apóstol (que muchos han creído hermano mellizo de Jesús), se lee que: "La Luz es el Bien. (...) Nosotros procedemos de la Luz; del lugar donde la Luz tuvo su origen por si misma (...) Todos llevamos la Verdad en nuestro interior".

Son afirmaciones muy importantes, que Leonardo supo valorar perfectamente. Así se explica el gesto de señalar lo desconocido, aunque quizá se refiriese a la luz que llega del cielo. La gnosis (adoptada por los cátaros), es necesaria incluso entre los nacidos en "gracia de Dios", pues sin discernimiento, todos podemos sufrir tropiezos, acabando por no poder salvar la propia alma.

A pesar de que Leonardo da Vinci lo pintó "La Última Cena" en tiempos de conflictos bélicos, intrigas, y calamidades, no le impidió realizar una de las obras pictóricas más simbólicas y representativas del Renacimiento. La enorme pintura mural "seca", al fresco, pintada directamente sobre un muro, Leonardo la ejecutó apasionadamente, trabajando sin detenerse ni para comer, desde el alba hasta el crepúsculo;... aunque después dejase de trabajar los días siguientes. Obviamente, su inconstancia topó con la incomprensión del prior del convento, al cual Leonardo convenció muy sutilmente: "Le manifestó su preocupación, al no poder encontrar el adecuado rostro del apóstol Judas, para copiar las faccionesde su rostro". No le molestó nunca más.

En aquel largo mural, Leonardo ofreció fascinantes y coreográficas composiciones, agrupando a los apóstoles en cuatro grupos de tres personajes, así como manipuló magistralmente la perspectiva aérea. Según Isaacson: "Revela los movimientos del alma mediante los movimientos del cuerpo". La distribución de los personajes, sentados a la mesa con Jesús, la imitaron Pedro Pablo Rubens (1600), y Rembrand (1.635), entre otros. No obstante, Leonardo, para representar, frontalmente, aquella magistral escena bíblica, probablemente se inspiró en una obra muy parecida -bastante anterior-, que habría visto durante uno de sus viajes. La genialidad de Leonardo, en el fresco de Milán, reside, a primera vista, en dotar a los personajes con expresiones singulares, cuando estaban reaccionando al escuchar una injusticia. Quizá por ello, Leonardo, en un gesto de sinceridad, suplantó a Judas Tadeo (patrón de los "casos perdidos"), pintándose de espaldas a Jesús (es el tercero a la derecha).

Aplicando métodos de identificación policial, dicho personaje, tiene el 81% de similitud con el propio Leonardo. La "Última Cena", nos presenta una especial sensibilidad por el leguaje del cuerpo humano. La gran perspicacia de Leonardo, le permitió individualizar la vivacidad de las almas, en cada uno de sus apóstoles, hasta tal punto, de que muchos autores han escrito libros tratando de descodificar su abigarrado simbolismo. J. W. Goethe, al contemplar la "Última Cena", interpretó que: "(Leonardo) había meditado hasta el agotamiento, con el fin de profundizar en la dimensión "fáustica" del hombre".

En efecto, aunque el realismo de la escena es absoluto, existen numerosos detalles simbólicos, como anudar los extremos del mantel, muy minuciosamente trabajado; o bien, el salero de Judas derramado, equivalente a "derrochar la esperanza en la salud de toda la Humanidad". También llama la atención el cuchillo que sostiene una mano sin cuerpo. Obviamente, lo sostiene san Pedro, haciendo un gesto de contorsionista; mientras que Leonardo pintó horizontal la otra mano (o sea, de perfil), sobre la garganta de María Magdalena.

La animadversión que san Pedro sintió por ella, quedó reflejada en las páginas del "Pistis Sofía" ("Fe en la Sabiduría"). No era un asunto banal, pues María Magdalena, que en sus mejores años, se dice que logró que Jesús tuviese en cuenta los puntos de vista femeninos. Después de la Crucifixión, cuando ella se embarcó para emigrar, no solo huiría de los romanos y de los judíos, sino que, tanto ella como sus más adictos fieles, fueron perseguidos "a muerte" por sus detractores entre los propios cristianos.

San Pedro, no pudo soportar la igualdad de la mujer en la comunidad de fieles; como tampoco el que la "Buena Nueva" fuese extensible a los no judíos. Lo segundo, finalmente se arregló. Lo primero, en cambio no; permaneciendo latente aquel problema. Sin prescindir de la Magdalena, habría podido manifestarse un cristianismo en plenitud. Pervive en la "Iglesia vertical", que siempre contempla la intuición previa de las almas. En consecuencia, a María Magdalena todavía se la sigue "discriminando"; lo malo es, que san Pedro lo hizo con tanta contundencia, que llegó a afirmar: "Las mujeres no son dignas de la vida". Ni el rey asirio Hammurabi, que instituyó el patriarcado (1790 a.C.), se habría pronunciado tan claramente contra las féminas.

"LA ÚLTIMA CENA", Y SU INSPIRACIÓN

Buscó en calles y mercados los rostros adecuados para adaptarlos a la personalidad de cada uno de los apóstoles en la escena eucarística. Los eligió como quien tiene que filmar una película y busca entre los artistas disponibles aquellos que se adapten a su guión. Según la leyenda urbana informa: Leonardo había tardado mucho tiempo para encontrar a un joven modelo, de diecinueve años, para pintar el rostro de Cristo. A su "casting" habían acudido cientos de muchachos, pero buscaba un rosto que, además de ser bello y con aspecto bondadoso, no estuviese marcado con las arrugas propias de los pesares de la vida. Del joven elegido, se explica la siguiente anécdota:

"(...) Para la elección del rostro de Judas buscó una persona condenada a muerte, con un rostro duro y frio, que tuviese cicatrices y expresión de avaricia. Cuando se enteró de que en la cárcel de Roma había un preso con tales características, Leonardo fue a verlo, consiguiendo un permiso oficial para llevárselo a Milán y poder pintarlo. Al concluir de servirle de modelo, la policía lo tuvo de arrancar de los brazos de Da Vinci, porque el condenado desesperadamente le gritaba "-¡Obsérvame!... ¿No me reconoces? Leonardo varias veces negó haberle visto nunca antes. Con desesperación, cuentan que aquel desgraciado levantó sus cejas, y le gritó: "-Soy el joven que elegiste hace siete años para representar el rostro de Cristo". Si el relato fuese verdad, Da Vinci aquel día aprendería una lección: Para no ser corrompidos, " la gente no debe ensalzarse, sino saber gestionar, y hasta restringir, su vanidad";... porque, en la vida, todo es vanidad.

Su "Última Cena", en principio tuvo un gran éxito, pero con el tiempo se deterioró, por no haber tomado la precaución de ensayar previamente su "invento", conocido como "Temple al Fuego", que tan buen resultado le dio al pintar sobre metal. Leonardo no era un experto en pintar «al temple», y cuando se enfrentó al encargo de pintar la "Ultima Cena" al fresco, dadas las dificultades lo primero que buscó fue la forma de que la base retuviese mejor los colores, tal como siempre se había hecho.

Sucedió, que el fresco (que a pesar de todo, fue su gran obra maestra), absorbió la humedad de la pared, e hizo que aquella escena bíblica, poco a poco, perdiese su colorido. Fue un fracaso técnico de mi biografiado, a pesar de continuar siendo, siglo tras siglo, una de las obras de arte más reproducidas del mundo occidental. Los artistas acudían desde todas partes, hasta llegar al refectorio del convento; miraban el grandioso mural con detenimiento; lo discutían, y al fin lo copiaban.

El rey Luis XII incluso hizo estudiar la posibilidad de recortar el muro, donde está pintada "La Última Cena", para llevárselo a Francia (donde Leonardo no dejó discípulos relevantes). Tiempo después, también estudiaron arrancarlo por orden del emperador Napoleón Bonaparte; quien por entonces ya tenía el cuadro "La Gioconda" en su palacio de Fontainebleau, relativamente cerca de París. Durante la Segunda Guerra Mundial, el gran fresco de Milán se cubrió por completo con sacos de tierra, para evitar que las bombas, caídas en la capital lombarda, lo destrozasen. Actualmente, en prevención de un mayor deterioro, solo unas pocas personas al día lo pueden admirar en intervalos de quince minutos.

FOTO: LA "ÚLTIMA CENA" COMPARADA

Según J. L. Espejo: "En mi libro "Los mensajes ocultos de Leonardo da Vinci", destaco el hecho de que Leonardo da Vinci pudo inspirarse en un cuadro catalán de la primera mitad del siglo XV, la llamada "Santa Cena de Solsona" para pintar su "Última Cena" de Milán. Ello es ostensible si comparamos ambos cuadros (forma de la mesa, los dos caballetes, las grecas y adornos del mantel, la parte que falta en el centro de la composición) (...) Leonardo podría haber hecho uso de algunos "motivos" simbólicos de "La Santa Cena" (retablo gótico con evidentes elementos gnósticos y cátaros) en su propia composición. (...) Fijémonos en las aureolas indicado que Juan, María Magdalena y Cristo alineados, a unas distancias equidistantes, son muy vistosas, mientras que se pintaron imperceptibles en el resto de los apóstoles: "(...) indicando que eran los únicos "santos", lo cual es un motivo claramente gnóstico (y cátaro) que Leonardo recogió de Solsona para pintar la "Última Cena de Milán".

Se refiere a un cuadro catalogado con el nombre: el "Sant Sopar", del Museo Diocesano y Comarcal de Solsona (Lérida). Hoy está atribuido a Jaume Ferrer I, uno de los artistas más conocidos en la comarca de Lérida (motejado como "el ornamentador de trapos de oro"), en 1.444, al ser nombrado pintor de la catedral de aquella capital. Para Leonardo, dicha "Santa Cena" fue todo un descubrimiento, y debió de haberle influido al pintar su obra inmortal. Es de notar que Leonardo, no incluyó a María Magdalena arrodillada, lavando los pies de Cristo, cuando también se los secó con su larga cabellera pelirroja. Evitó incluirlo, porque aquel pasaje del Evangelio sucedió, algunas horas antes, durante la comida en casa de Simón "el Leproso". Fijémonos en la aureola -que la define como santa-, lo cual comparte con Juan Evangelista (recostado) y con Cristo. Al resto de los apóstoles no les pintó aureola.

Según J. L. Espejo: "A diferencia de "La Santa Cena" de Solsona, en su mural de Milán, Leonardo identifica a ambos personajes (Juan y María Magdalena, a la manera en uso en la Cataluña medieval (retablos de "Santes Creus", y "Santa Anna") (...) El motivo del interés de Leonardo, sería que: el pintor de "La Santa Cena" de Solsona quiso dejar constancia, dos siglos después de la supuesta desaparición de esta herejía, que los cátaros seguían presentes en territorio catalán, estrechamente vigilados por la Inquisición, simbolizada aquí por los Domini Cani -los perros de Dios-. Ésta es una evidencia suplementaria, a favor de la tesis de que dicha predela esconde un mensaje herético, que Leonardo recuperaría en su Última Cena de Milán".

A mi modo de ver, Leonardo admiró el muy magnífico, y detallado, gran cuadro, cuando estuvo expuesto en el monasterio de Santa María de Montserrat. Era el único lugar con categoría suficiente para poseer una tan preciosa pintura mural de grandes dimensiones (115 x 327 cm.). Allí hizo varios bocetos. Mi opinión difiere de la del historiador Espejo, en que: yo creo innecesario que Leonardo realizase un tan largo viaje al centro de Cataluña, cuando hace quinientos años era muy penoso, debido a los pésimos caminos rurales del sector. Leonardo tomaría notas del cuadro cuando estuvo en Santa María de Montserrat, al descubrir en la dicha obra elementos heréticos cátaros y mandeanos (que tuvieron al Precursor como Mesías). En Santa María de Montserrat, Leonardo pudo contemplar el mismo mensaje que él, veladamente, quería proclamar al pintar la "Última Cena", que sigue siendo la principal atracción cultural de Milán, después de su catedral.

FOTO: LA CLAVE DE "LA ÚLTIMA CENA" ESTÁ EN SU BOCETO

Leonardo ofreció fascinantes y coreográficas composiciones, en las cuales manipuló magistralmente la perspectiva, algo que nadie había hecho antes. Explorando la matemática de la óptica, mostró cómo inciden los rayos de luz en la córnea, para conseguir la mágica ilusión del juego de perspectivas de la "Última Cena". No obstante, todavía la mayoría de expertos del arte pictórico, siguen ignorando el origen de su inspiración. Lo que se demuestra en Solsona es que Leonardo irguió de el cuerpo de Maria, y copió la letra M formada por los principales personajes.

J. L. Espejo apuntó la posibilidad de que Leonardo hubiese visto el "Sant Sopar" en la remota iglesia de Santa Constança de Linya, cerca de Navès del Solsonés. La importancia de la familia Olivella, debió de ser fundamental para lograr hacer suyo un tan grande y lujoso cuadro. Además de mediar su pariente, el monje Solivella, de dicha comunidad, sin duda su familia pagó una cantidad considerable cuando dicha obra, demostradamente herética, fue vendida por la comunidad de Santa María de Montserrat. Posteriormente, pasó a ser expuesto en el Museo Diocesano y Comarcal de Solsona, porque Santa Constança de Linya, y la familia Olivella, siguen, todavía hoy, pertenecíendo a dicha diócesis. No sería descabellado que el mismo Olivella, previamente hubiese informado al superior de la iglesia de Solsona de la simbología cátara, que dicha obra incluía, y que tanto impacto causó en Leonardo. La verdad es que no fue exhibido dentro de la catedral.

Al crearse el Museo Diocesano y Comarcal de Solsona (s.XX), se colgó en la pared, al ser poco probable que alguien pasase de admirar su perfecta composición, su impacto visual y especialmente la colorística vajilla de Manises, (s.XV). Dicha cerámica, se dibujó, con meticulosidad de orfebre, sobre la larga mesa, aunque sin cáliz, ni pan partido, a pesar de ser preceptivo al instituir la Eucaristía. La gente no lo echó de menos, entonces ni ahora.

Tampoco se preguntaron el por qué, aquel gran cuadro, tan piadoso, místico, y con simbolismo eucarístico, nunca fuese digno de estar colgado en el interior de la catedral de Solsona. Tuvo que ser Leonardo Da Vinci quien escrutase sus peculiaridades, porque lo observó como filósofo, y no como un devoto cristiano. No fue hereje, pero sí librepensador y muy simpatizante de los que lo fueron antaño. Leonardo pintó durante su fase juvenil a la "Virgen con Niño" con asiduidad, y nunca lo olvidó, pudiendo sospechar, quienes están bien informados, que en realidad Leonardo quiso referirse a María Magdalena.

FOTO: "SANT SOPAR"; JESÚS SOSTIENE UN VASO ESFÉRICO

J. L. Espejo, ayudándose de muchas ilustraciones, analizó, con el mayor detalle, las diferencias y similitudes iconográficas entre ambos cuadros, ofreciendo una minuciosa comparación entre "el Sant Sopar" de Solsona, y la "La Última Cena" de Milán. Él mismo reconocía haberlo estudiado durante ocho años para ofrecer resultados. La copa esférica que tomó nota de que era levantada por Jesús, Da Vinci notó que no atraía la atención de sus apóstoles, decidiéndole a dotar de simbólico significado personal a los gestos de los participantes, aunque costase sacrificar la composición. Todo, en beneficio de las actitudes.

Para Presentarlo, transcribo de J. L. Espejo: La Santa Cena de Solsona no es diferente de otros cenáculos, que podemos hallar tanto dentro como fuera de Cataluña. Según el catálogo oficial del Museo Diocesano y Comarcal de Solsona (...) Observemos la comparativa: 1) como en la Santa Cena de Solsona, al Cenáculo de Leonardo le falta un trozo rectangular, con el mismo tamaño relativo y en la misma posición; 2) la mesa es alargada y se sostiene asimismo sobre dos caballetes; 3) el mantel tiene unas grecas prácticamente idénticas (líneas y dameros); 4) la Magdalena aparece en el Cenáculo de Leonardo, pero confundida con san Juan Evangelista; 5) la vajilla es muy parecida (es aún más evidente en el plato grande que hay delante de Jesús); 6) en torno a Cristo hay dos ventanucos (y otro detrás), como en el sitial de la Santa Cena de Solsona; 7) los dos Judas son oscuros y judaizantes; 8) en los dos casos, vemos sendos apóstoles que dan la espalda a Cristo, en la penúltima posición a la derecha; y 9) como en La Última Cena de Leonardo, la figura de Jesús forma un triángulo, aunque en la de Solsona tiene como base el trozo arrancado de la predela (...).

Pero el mantel, hace algún tiempo que reveló -a un experto músico italiano-, que Leonardo ocultó la misma sutileza que en La Virgen de las Rocas. En efecto, sus lineas verticales decorando regularment las alienaciones de los trozos de pan, o las manos de los comensales, en la parte frontal, le llevaron a descubrir que, cuando se unen en lineas rectas horizontales surge otro pentagrana. Escuchando la melodia resultante, que empieza y termina en la nota "Mi", suena como la tipica música religiosa cuando, por su relajamiento, hace entrar el alma casi en trance.

FOTO: JESUCRISTO, "SALVADOR DEL MUNDO", SOSTIENE UN RECIPIENTE ESFÉRICO, TRASPARENTE, PORQUE LO COPIÓ DEL CUADRO QUE YO VI, EN EL MUSEO DE MI CIUDAD NATAL, DESDE PEQUEÑO.

(ENTIENDAN MI MOTIVACIÓN, Y PERDONEN QUE INSISTA EN REPETIR LA FOTOGRAFÍA).

Después de haber escrito mi libro, titulado: "Montserrat, Ganga del Grial" (1.990), lógicamente me interesó el hecho de que el magnífico cuadro "El Sant Sopar" del Museo de Solsona, no incluyese ningún cáliz-grial. Gracias a las observaciones J. L. Espejo acerca del cuadro de Leonardo "Salvator Mundi", reflexioné acerca de la esfera de vidrio transparente, que Jesús sostiene. Como está medio llena, hay que entender que contiene el vino que, eucarísticamente, se convierte en su sangre. Según la reflectografía se hicieron cambios en la posición de los dedos que sostienen la esfera, pues originalmente eran un centímetro más elevados. En el reflectograma también hay una línea inexplicable en el párpado inferior del ojo derecho.

Desde el arte del Antiguo Egipto hasta los budistas del siglo X, ya aparecen en el arte esferas, u ordes, con el significado de que conceden deseos a los fieles. Se pupone que si Leonardo lo incluyó con tres puntos formando triangulo, debió de ser por haber tenido conocimientos secretos de astronomía. Pero puede tener una explicación lógica y simple. En Europa lo copiaron del arte Bizantino, del cual el arte Románico incluyó esferas en las manos de la Virgen y el Niño, cuando se ignoraba que el mundo era redondo. Por fin el rey Fernando II "el Católico" lo confirmó sosteniendo una esfera en su mano, como se ve en un soberbio retrato, siendo ahora un gesto muy de agradecer. Fue muy oportuno que decidiese hacerse pintar, engalanado en toda su gloria, sosteniendo una esfera decorada con los emblemas de sus reinos de Castilla y León. Se puede ver en la Mezquita de Córdoba.

Las pinturas de Leonardo se destacan por su misterio y su ambigüedad, motivo por el cual, su cuadro "Salvador del Mundo", recientemente generó polémica, porque dicha burbuja de vidrio, hueca, no refracta ni distorsiona la luz que la atraviesa. Es algo insólito, dado que Da Vinci realizó personalmente muchos estudios, tanto de óptica, cómo sobre la manera cómo la luz es reflejada. Es justamente por ello, que en su día generó polémica. Probablemente, en dicha obra mi biografiado sutilmente quiso transmitir alguna cualidad milagrosa de Jesucristo.

J. L. Espejo reflexionó acertadamente que: Si comparamos el Jesús-Pantocrátor de "La Santa Cena" de Solsona con el "Salvator Mundi" atribuido a Leonardo, encontraremos unas semejanzas ciertamente llamativas. En primer lugar, los gestos: el Salvator Mundi de Leonardo sostiene una esfera cristalina con la mano izquierda y bendice con la derecha. Pero fijémonos sobre todo en su barba: como la de "La Santa Cena" de Solsona, es doble. Éste es un detalle característico del gótico catalán, tanto en los temas profanos, como en los evangélicos, los hombres lucen barba partida. Y es que además aparece con mirada inexpresiva, y sobre todo el rictus de la boca del Salvator Mundi, son muy parecidos a los del Jesús de "La Santa Cena" de Solsona. Si todas estas similitudes fueran producto de la coincidencia, la situación sería muy desconcertante. Queda por explicar los gatos y un perro debajo de la mesa.

Explicó Espejo: (...) Desde mi punto de vista, estos animales dejan entrever un mensaje oculto que explico con más detalle en mi libro "Los mensajes ocultos de Leonardo da Vinci" (...) La persecución de los dominicos (domini-cani "los perros del Señor") sobre los cátaros (gatos). (...) El gato de la izquierda parece roer un pedazo de cordel que 'ataba' al cátaro, era el que impedía que su luminosidad le rebasara y deslumbrara a los demás. En la "Virgen de las Rocas" Leonardo en un área frondosa incluyó lo que parece ser un perro, el cual se asocia al concepto de Inquisición (...).

También quiero agradecer a J. L. Espejo su investigación, porque se da la circunstancia de que yo nací en la ciudad de Solsona, y en mi adolescencia el "Museu Diocesà i Comarcal", durante el día mantenía sus puertas abiertas; no para facilitar su visita, sino por la confianza que daba el hecho de que nunca lo visitase nadie. En tal abandono, los niños, al jugar en las calles, podíamos entrar y también curiosear en aquellas salas. El cuadro el "Sant Sopar" estaba a dos metros de la puerta de entrada; donde, cuando yo fui creciendo, me paré muchas veces para admirar su colorística y resplandeciente vajilla.

Celebro sinceramente que, por fin, alguien se haya ocupado de darle la trascendencia que merece. En realidad, son muchos los detalles en común en ambos cuadros; desde los caballetes que soportan la mesa, hasta los tres principales protagonistas del drama eucarístico. Resulta obvio que Leonardo, observándolo en el monasterio de Santa María de Montserrat, recogió el contexto herético que impregna la obra, para incorporarlo a su "Última Cena".

Por cierto, aunque Leonardo no lo aprovechó, por ser un detalle humillante, en "El Sant Sopar" de Solsona: la Magdalena está arrodillada delante de la mesa, confundiendo en la misma escena el "Lavatorio de Pies". Se la degradó, al gusto de los clérigos, pero el pintor resaltó que ella estuvo presente al instituirse la Eucaristía. Ella es, en el "Sant Sopar", uno de los tres únicos personajes que aparece con aureola de santidad. Es decir, está lejos de figurar como la "Pecadora arrepentida", que nunca fue, pues le "asimilaron" la historia de santa "María Egipciaca". La verdadera "discípula / novia / esposa" de Jesús simbolizó, para el catarismo: La concepción dualista del Todo; o sea, la "Bi-unidad Divina" (Mis guiones servirán -espero-, para facilitar la traducción automática a otros idiomas).

"SANTA MARÍA MAGDALENA" NO FUE UNA PECADORA ARREPENTIDA

Leonardo señaló la figura de María Magdalena con una argucia compositiva en su "Última Cena", de Milán, que deja en poca cosa los colores de los vestidos (azul y rojo) de la divina pareja, que parecen estar unidos por sus caderas. Leonardo convirtió a los personajes: Pedro, Juan/Magdalena, y Jesús, en una base para el diseño de una invisible gran letra "M", en la composición. Dicha letra inicial, alude veladamente al nombre de María Magdalena, adquiriendo un carácter griálico en la iglesia de Santa María Magdalena del pueblecito francés Rennes-le-Château. En el interior de dicha iglesia, las distintas esculturas conforman el acrónimo "Grial". En Rennes-le-Château, la santa fue identificada, todavía una vez más, con el mito griálico.

María Magdalena era muy venerada en tierras catalanas y occitanas. Esta devoción deriva de la llamada "Leyenda Áurea" de la dicha santa, según la cual, habría llegado en barca con otros 72 fieles, seguidores de Jesús. Desembarcaron en aquella playa en la desembocadura del río Ródano, huyendo de las persecuciones de Palestina. María Magdalena, de acuerdo a la tradición provenzal, tras predicar entre los habitantes de Marsella, se retiró a una cueva, donde realizó una vida de penitencia, hasta que murió. Según unos, su cuerpo fue enterrado en Vézelay (Borgoña); y su cabeza, la he visto en Saint Maximin, cerca de la Sainte-Baume, en el departamento de Var, en Provenza.

Según J. L. Espejo: (...) María Magdalena es muy venerada en el área de la Cataluña Norte, donde podemos encontrar la villa de Vinçà (llamada Vincia en el siglo XIII), tal vez la cuna de la familia de Leonardo antes de su huida por motivos religiosos a tierras de la Toscana (procede del romano Vinsanum). Asimismo, J. L. Espejo informa de las numerosas capillas e iglesias del sur de los Pirineos dedicadas a dicha Santa, que demuestran su bien arraigada veneración desde tiempos antiguos, tal como corroboran las pinturas que se conservan de santa María Magdalena, de las cuales ofrece fotos y todo tipo de reseñas, tal como se le exige a un licenciado. En España, es la patrona de Castellón (Valencia).

El catarismo occitano fue muy devoto de santa María Magdalena, lo cual explica la matanza, indiscriminada, de miles de habitantes bautizados de la ciudad de Béziers. Sucedió precisamente el día de su festividad (22-7-1209), como "advertencia" a cuantos la veneraban. Si dividimos el día (22), por el mes (7), obtenemos 3,1.416 ("Pi"), el cual permite resolver la "cuadratura del círculo" (búsqueda místico-geométrica de Leonardo a lo largo de su vida). Leonardo ignoraba que una seguidora de santa María Magdalena hubiese escrito (en lenguaje copto) sus radicales ideas. Hoy, después de haber estudiado el "Evangelio de María Magdalena" (s. III), considerado muy escandaloso. Lo que cuenta, es que en ella se advierte una mayor madurez espiritual al describir las enseñanzas que recibió de Jesús en privado.

Leonardo, no obstante, siempre la vio como un símbolo del "conocimiento oculto" griálico; pero no desde el punto de vista de "la sangre", sino de la "renovación" alquímica. Estaba seguro de que no fue la "Prostituta arrepentida", sino que le aplicaron tal etiqueta en el siglo IV, cuando ya era un problema para la "Iglesia Petrina". Posteriormente en el siglo V, el papa Gregorio I la etiquetó erróneamente, al confundirla con santa María "la Egipciaca". Hay mucha ironía en Leonardo al escribir: "Muchos de la fe en el Hijo, solo construyen templos en honor a la Madre. (...) Una pequeña verdad es mejor que una gran mentira".

Leonardo, al pintar su Gioconda, tal vez se inspiró en María Magdalena, según parece insinuar una enigmática nota en el "Códice de Urbino": "En cierta ocasión tuve que hacer una pintura que representara un tema divino para un amante, en la que se me pidió que representara una diosa para besarla sin levantar sospechas, pero al final la conciencia se impuso a los suspiros y a la lujuria, y fue fuerza que la sacara de su casa". Una pasión semejante, que es capaz de poner en peligro la salvación de un alma, parece adecuarse a aquella mujer que pudo haber tenido un raro modo de "no sonreír" al contemplar la estupidez humana;... por no decir la reacción ante una injuria; la tardanza en aplicar justicia; etc.. Lo cierto es, que Da Vinci fue el pintor que mejor supo plasmar el fondo del alma humana.

Apostilló el señor J. L. Espejo: "Como expongo en "Los Mensajes ocultos de Leonardo da Vinci", es un hecho cierto que los cátaros y los beguinos de Cataluña y Occitania sentían una gran veneración por Juan, y especialmente por la Magdalena; hasta el punto de que el catarismo de esta región es una doctrina diferente a la profesada en el resto de Europa (especialmente en Italia) (...)". La devoción popular a María Magdalena traspasó la difícil geología de los Pirineos catalanes. Su veneración, así como la de san Juan Bautista, también lo compartían los caballeros de la orden del Temple.

Esta última materia de investigación histórica (que el historiador J. L. Espejo desarrolló muy competentemente), también me interesó a mí cuando investigué acerca del "Tesoro Cátaro", salvado por Esclaramonda de Alió (Esclarmonde) del castillo de Montsegur (Languedoc), justo la noche antes de su rendición y selectivo exterminio en una gran hoguera, de más de doscientas buenas personas. (Lo desarrollé exhaustivamente en mis libros: "Mare de Déu del Claustre"; "Patrona de Solsona; Tesoro Cátaro"; "Vida de María Magdalena"; "Esclaramoda de Foix-Cardona"; "Brunisenda de Cardona y San Ramón"; y mis dos libros sobre la "Vida de Arnau de Torroja, y otro dedicado a su hermano "Guillem de Torroja", obispo de Barcelona, y arzobispo de Tarragona. Como yo sigo queriendo aprender, espero leer cuanto escriba quien más sepa.

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Así terminaba mi "Trilogia", pero aprovechando que hago correcciones gramaticales, voy a incluir una opinion que yo reclamé al final del párrafo anterior. Un lector que se presentó como biógrafo de Leonardo, opinó de mi obra: Increíble, profunda y sabrosa investigación.Le agradezco sus palabras,... y más aun las observaciones que incluyó después, ya que me informó de lo siguiente: Se sabe de su estancia (de Leonardo) en Cataluña, por el desarrollo del símbolo de caparazón de Erizo, usado por la Orden de Malta. De los tonos solfeggio en la capilla subterránea en el Castillo Sforza y de la atracción con Ana de Aragón (la otra musa de la Giocconda). Existe una "Última Cena", en Bélgica, realizada en técnica de óleo, con los clores y acabados mejor que la de Santa Maria delle Grazie.

Respecto a su información, yo casi lamento que no me recriminase haber omitido una copia de la "Última Cena", del mismo tamaño que tienen expuesta en una pared de otra iglesia de Milán,... para que nadie se vaya de la ciudad sin mentir, cuando explique que ha visto el famoso cuadro de Leonardo un una pared. Quiero disculparme, pues en todo no se puede estar,... aunque yo lo haya inentado.

(C) Ramón Ramonet Riu

TRILOGÍA COMPLETA en el enlace https://leonardo-da-vinci595.webnode.es

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